Con el legado de los niños no se juega
Abandono. Un millón de personas visitaron Andalucía de los Niños en la Expo, un diseño de Ignacio Aguilar que 22 años después es un camposanto de monumentos en miniatura
HAY un Curro entre sierpes y monstruos marinos en el fresco que pintó Roberto Matta y que está al otro lado del puente de la Barqueta. Un homenaje del artista chileno al diseñador checo Heinz Eidelmann, autor de la mascota de la Expo 92. "El verbo América es estrujar las culturas tradicionales del Mediterráneo", se lee en el poema adyacente.
No otra cosa es Andalucía, un trozo de América estrujado por las culturas del Mediterráneo. A la Andalucía de los Niños le llamaron "una de las siete maravillas de la Expo". Diseñada por Ignacio Aguilar García (1938-1997), arquitecto, acuarelista, químico y escenógrafo, este inquieto renacentista reprodujo en plástico 72 monumentos de las ocho provincias andaluzas. 22 años después, se conservan en perfecto estado, lo que habla de la solvencia de su autoría; no se puede decir lo mismo del olvido y abandono a que se ha visto relegado este pabellón de pabellones que en la Expo recibió un millón de visitas, adscrito al pabellón de Andalucía del que era comisario Antonio Rodríguez Almodóvar.
"Han dejado crecer los bonsáis. Desde luego, no valemos un duro", dice sin disimular su enfado Lurgardo García, ya jubilado, durante la Expo jefe del servicio eléctrico de la antigua Tabacalera. Aunque el recinto sigue vallado, han aligerado el follaje protector y se puede apreciar desde el exterior la inmensa proeza del miniaturista y la desidia e indiferencia de las autoridades que dejaron marchitarse un seguro reclamo turístico, una estupenda guía pedagógica para que miles de escolares conicieran las entrañas de Andalucía.
Dentro de Isla Mágica se conserva un trozo del muro de Berlín que se instaló en el recinto de la Expo. Sevilla saluda la caída de muros foráneos y se regodea en los propios. El pabellón de Andalucía, obra del arquitecto Juan Ruesga, es ahora la sede de Radio Televisión Andaluza. Desde fuera se atisban el faro de Chipiona, el anfiteatro de Itálica, el castillo granadino de La Calahorra, el Tajo de Ronda o la Alhambra de Granada. Ignacio Aguilar incluyó la ermita del Rocío o el circuito de carreras de Jerez.
Los niños de Andalucía se preparan para la nueva temporada de Isla Mágica. La Andalucía de los Niños ha visto crecer a sus hipotéticos visitantes. Esther era casi una niña cuando visitó la Expo. Tenía 14 años y ahora trabaja en el recinto cartujano, en Canal Sur, en el equipo del programa El Público de Jesús Vigorra.
La mezquita de Córdoba, el aeropuerto de Málaga, el palacio Arzobispal de Jaén, la esclusa de Sevilla. Un puzle monumental. El mediterráneo en sus variantes musulmana, barroca, renacentista, regionalista, marinera, estrujando la idea de América que se conmemoraba en aquella historia que se prolongó entre el 20 de abril y el 12 de octubre de 1992.
Junto a uno de los monumentos, un plano con una recomendación: "En caso de evacuación o emergencia dirigirse a la salida más próxima". Lo ideal sería encontrar la entrada. Próximo estreno junto al Teatro Central.
Ya no está la pasarela que unía Isla Mágica con Andalucía de los Niños. En su acceso originario hay materiales de VFM (Villa, Flores, Martín, S.A.), una escombrera con mezclas de BCA (Bovedillas Cerámicas Andaluzas) y vallas metálicas de JSP, iniciales de una empresa de Oxford, que en eso le gana a Cambridge.
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