El mundo no es nuestro: para todos los públicos
calle rioja
Propuestas. Iniciativa Sevilla Abierta organizó en la sala La Fundición el tercero de sus encuentros del ciclo sobre la Sevilla de los próximos veinte años en un mundo cambiante.
SEVILLA. "La geografía desaparece como variable". No es una variable en el caso de quien hace esta afirmación, Juan Martínez Barea (Sevilla, 1966), que desde Sevilla se fue a una Universidad de la NASA "sin alumnos, sin claustro" y allí conoció a un socio de Eslovenia con el que ha puesto en marcha una empresa de biotecnología para detectar en la sangre el cáncer en la fase 1.
La palabra Sevilla en sí, que es el arbotante de Iniciativa Sevilla Abierta (ISA), organizadora de este ciclo de Encuentros, no deja de ser un hándicap, según Francisco Ferraro (Sevilla, 1949), catedrático de Economía Aplicada. "El problema de Sevilla no es la tradición, el problema es la desmesura de la tradición". En un mundo, apunta su partenaire de coloquio, donde "el crecimiento tecnológico no es lineal, sino exponencial".
Hablaron del mundo que viene. ¿Futuro, futurismo? "No hay ningún escritor de ciencia-ficción que hubiera previsto el mundo de hoy", dice Adela Muñoz (La Carolina, Jaén, 1958). "Internet no se le ocurrió a nadie". Esta catedrática de Química Inorgánica se encargó de introducir los dos puntos de vista y abrirlos a las redes. Venía de hablarle a sus alumnos de los halógenos, del cloro, "lo que más vidas ha salvado y salva", y de hablar del cloro se pasó a hablar claro.
Es lo que hicieron Ferraro y Martínez Barea. El primero anuncia un mundo que se regirá por "la ley del precio único". "El mismo producto se hará aquí, en Malasia o en Perú, y si lo vendemos más caro que en esos sitios habrá más paro". En esta profundización de la globalización, Martínez Barea, ingeniero que se especializó en crear empresas tecnológicas, apunta que siete de los doce países más ricos en 2020 serán países emergentes. "Cuatro mil millones de personas que antes no existían para el llamado Primer Mundo van a competir con nosotros en igualdad de condiciones".
Crisis económica y crisis institucional. En las dos se detuvo Ferraro. De la primera se atisba un final de la recesión "que la gente no percibe". Para hablar de la segunda, se remitió a un concepto que sus colegas y maestros Velarde Fuertes y Fuentes Quintana aplicaron a Madrid, "el capitalismo castizo, el que se mueve en torno a la corte, y en Sevilla lo hace en el BOJA, los contratos públicos, las concesiones y la información privilegiada".
En Sevilla, dice Ferraro, "todavía quien nace rico, muere rico; y quien nace pobre, muere pobre. Eso es una tragedia para cualquier país". Martínez Barea cree que ese modelo tiene los días contados. "Pilar Manchón es hija de un taxista y ha creado en Sevilla el mejor avatar que hay en el mundo de inteligencia artificial".
Ferraro habla de taxistas y camioneros como oficios que en un futuro pueden verse absorbidos por la progresiva mecanización. Un futuro de productos sustituibles, susceptibles de ser generados a miles de kilómetros. Si es hasta sustituible Iker Casillas... "Pero Messi no", matiza Ferraro, "porque es un tipo de jugador global. Messi no sólo llena estadios, llena todas las televisiones del mundo".
Martínez Barea es un sevillano de la plaza de la Viña que necesita salir de la ciudad y del país "para respirar aire fresco". "El año pasado di la charla de clausura de la Escuela de Ingenieros y les dije que tenían que irse todos fuera y para que las madres no me mataran, a continuación añadía que todos tenían que volver. Sevilla es una ciudad muy atractiva para vivir por su calidad de vida, pero no hay empresas".
El economista Ferraro prevé una drástica laminación de las clases medias, una jerarquía de países y una hegemonía de las rentas del capital sobre las del trabajo, "salvo que los trabajadores se hagan con el capital". El mundo que viene, contrapunto de El mundo de ayer, como Stefan Zweig tituló sus Memorias, requiere para Ferraro una nueva clase política. La actual "es la culpable de la burbuja inmobiliaria y de la burbuja del endeudamiento, no supo ver la crisis ni tomar medidas contra ella y seguimos enfrascados en un patio de vecinos donde la corrupción es una plaga y la desafección a la clase política está generalizada".
Hubo química entre los dos bajo la atenta mirada, pendiente de los tiempos, de la profesora Muñoz. El mundo, dice Ferraro, cambió con la caída del Muro de Berlín y la reforma china. Hay que estar en la redes y saber inglés, dijo el discípulo de la Nasa y de la Singularity University. Un día antes, en el mismo escenario de la Fundición, terminaron las representaciones de la obra El inglés en dos palabras, una producción de Panicomedia "para todos los públicos y sobre todo para los que quieren superar las dificultades de la vida moderna". Que adelanta que es una barbaridad.
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