El proyecto de museo de Aníbal González lleva dos años estancado
Los familiares reivindican que se cobre por visitar la plaza como en la Sagrada Familia.
Dos años. Éste es el tiempo que lleva aguardando la familia de Aníbal González, autor de la Plaza de España y principal impulsor del estilo regionalista, para que el Ayuntamiento hispalense les dé una repuesta sobre el proyecto de museo que presentaron en su día para que se diera a conocer la obra y figura del arquitecto sevillano, cuyo legado en la ciudad hispalense muchos críticos asemejan en importancia al de Gaudí en Barcelona.
Aníbal González Serrano, nieto del arquitecto regionalista, asegura que a los pocos días de que Zoido se hiciera con la Alcaldía le envió una carta en la que se refería al citado proyecto. "Durante su toma de posesión nombró a mi abuelo como ejemplo de talento en la ciudad. Cuando recibió la misiva me respondió diciéndome que le parecía bien el proyecto de museo, pero que la responsabilidad en esta área compete a la Delegación de Cultura", recuerda Aníbal González Serrano. Desde el departamento que dirige María del Mar Sánchez Estrella le transmitieron su apoyo al proyecto y que "lo tendrían en cuenta". También le comentaron que en esos momentos estaban catalogando muchas piezas cerámicas diseñadas por su abuelo en el Museo Arqueológico. Desde entonces han pasado dos años sin que la familia del autor de la Plaza de España haya recibido alguna noticia más sobre dicha propuesta.
En concreto, el proyecto se divide en dos museos. Uno, cubierto, que se situaría bajo la galería interior, donde se expondrían los planos, documentos y fotos de Aníbal González, y otro en el exterior, constituido por la propia plaza. Según el nieto del arquitecto, debería cobrarse por las visitas a la principal obra de su abuelo, pago del que estarían exentos los sevillanos. "Se trata de instalar un sistema igual al del Alcázar, la Catedral o el Salvador", recuerda Aníbal González Serrano, quien señala que la Plaza de España recibe al año un millón de visitas y que si por éstas se cobrara un euro, se obtendría un millón al año que se emplearía en "mantener el museo, pagar al personal encargado de gestionarlo y una buena vigilancia del monumento, lo que evitaría los continuos destrozos".
Para defender esta propuesta, González Serrano toma como modelo el museo instalado en la Sagrada Familia de Barcelona. "En un templo que aún no está acabado se ha abierto una exposición permanente sobre la obra de Gaudí. Estuve hace poco allí y comprobé las grandes colas que se forman para ver la basílica y el museo, lo que genera ingresos para terminar las obras y conservarlas. Esta idea es la que debemos copiar aquí" asegura el nieto del arquitecto regionalista.
Respecto a la seguridad de la plaza, la familia de Aníbal González pone sus miras en el Ayuntamiento: "Es el gobierno local el que debe mover ficha para que se impliquen las otras administraciones". "Después de invertir nueve millones en una restauración solicitada durante muchos años, no podemos permitir que se sigan cometiendo atentados contra el patrimonio de todos los sevillanos, de ahí que el museo sea esencial para garantizar sus seguridad".
Respecto a la valoración de la figura de su abuelo, González Serrano mantiene que "Aníbal González está reconocido por la gente sencilla, por el pueblo de Sevilla que admira sus obras, pero falta que las autoridades tomen verdadera conciencia de la trascendencia de su labor en la ciudad".
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