El deporte abre la ciudad a nuevos mercados turísticos

Sevilla recibirá a cientos de visitantes de Dinamarca e Islandia en enero, al ser sede del Mundial de Balonmano · Ya hay más de 1.700 entradas vendidas y 1.100 reservadas

Juan de Dios Román, presidente de la Federación Española, y el             alcalde en la presentación del partido España-Portugal del 1 de noviembre.
Juan de Dios Román, presidente de la Federación Española, y el alcalde en la presentación del partido España-Portugal del 1 de noviembre.
María José Guzmán

25 de noviembre 2012 - 05:03

Primero fue el tenis y ahora será el balonmano. El equipo de gobierno de Juan Ignacio Zoido ya advirtió que intentaría sacar partido a los grandes eventos deportivos y, gracias a esa línea de trabajo, Sevilla recibirá a primeros de año a cientos de visitantes, en un alto porcentaje extranjeros, que acudirán al Mundial de Balonmano que cuenta con Sevilla como una de sus sedes.

Según los datos que maneja el gobierno local, el pasado jueves ya se habían comprado 1.723 entradas para disfrutar de los partidos, que se disputarán entre el 12 y el 18 de enero. Y, además, se habían contabilizado ya 1.100 reservas para touroperadores que, probablemente, venderán los tickets en un paquete turístico. Lo llamativo de estas cifras es que aún falta mes y medio para que se celebre el campeonato y la mitad de las entradas se han vendido on line en Dinamarca e Islandia, dos países que no figuran entre la lista habitual de los turistas que recibe Sevilla. En concreto, entre ambos países se han vendido ya más entradas que en toda España. De hecho, seis de cada diez tickets se han adquirido desde el extranjero, algunas desde países como Suiza, Alemania y Macedonia.

Sin duda, el balonmano permitirá el año próximo abrir nuevos mercados turísticos. En Europa y también en Asia, en países emergentes como Qatar, que toma ahora el relevo y será sede del Mundial dentro de dos años. Por ello, parte de los visitantes que reciba Sevilla en enero procederá de este pequeño estado. Según fuentes consultadas, este público ya se ha interesado por la posibilidad de habilitar zonas vips en el Palacio de los Deportes y están recogiendo información para ofrecer visitas exclusivas durante la competición por Sevilla y sus alrededores.

Esta cita deportiva atraerá a la capital a un turista de un nivel adquisitivo alto que, se presupone, dejará también importantes ingresos en el comercio y la hostelería en un mes, enero, de bajísima ocupación hotelera. De hecho, ése es el fin que persigue el Ayuntamiento al apostar por la organización de este tipo de eventos deportivos de elite: conseguir que tengan un considerable impacto económico para la ciudad, aunque ello requiera también de inversión que, en este caso, será muy inferior a la de la Copa Davis, al disputarse los encuentros en el Palacio de los Deportes de San Pablo, una instalación que ofrece un aforo de unas 9.000 localidades.

Sevilla participa en el Mundial junto a otras cinco ciudades: Barcelona, Granollers, Madrid, Guadalajara y Zaragoza. Y, después de Madrid, Barcelona y Granollers, Sevilla es la sede que registra más entradas, más de 1.700 frente a las sólo 300 de Zaragoza. Granollers, que lidera ahora mismo la lista de ventas, es una excepción, pues tal vez sea la localidad española con más afición a este deporte y cuenta con un club histórico.

Tal vez por ello, también llama la atención que Sevilla sea, después de Madrid y Barcelona, la ciudad que haya aportado por ahora más voluntarios a la Federación Española de Balonmano. En pocos días se han registrado ya 260 personas, la mitad en sólo una semana. La apuesta municipal requiere también de la implicación de sus vecinos. De hecho, la intención del Ayuntamiento es inundar, como ya se hizo en la final de la Copa Davis, la ciudad de símbolos y alusiones al balonmano. Habrá recepciones oficiales y actos de promoción. No obstante, España disputará sus partidos en Madrid, según se fijó tras el sorteo, y eso dificultará las campañas con jugadores españoles como gancho.

Sevilla acogerá a las selecciones de Chile, Dinamarca, Islandia, Macedonia, Qatar y Rusia. Recibir a los daneses es, sin duda, una suerte para Sevilla, pues se trata de un país donde el balonmano goza de mucha aceptación, similar al fútbol en España. Un ejemplo que demuestra esta pasión por el balonmano son los casi 22.000 espectadores que se reunieron en el Parken Stadium, un estadio de fútbol, para seguir los cuartos de final de la Champions entre el AG Copenhague y el Barcelona. Aunque Dinamarca poseee un récord mundial que se batió la anterior temporada en la final danesa entre el AG Copenhague y el Silkeborg y que reunió nada menos que a 36.651 espectadores en el propio Parken.

En Sevilla, el 42% de las entradas han sido compradas a través de la web de la federación por aficionados daneses, más de 700 a día de hoy. Además, ya hay dos televisiones danesas acreditadas que retransmitirán en horario prime time los partidos desde Sevilla. Y no serán las únicas. Se espera a decenas de periodistas que contribuirán a difundir la marca Sevilla en todo el mundo.

Los organizadores confían en superar la cifra de 5.000 espectadores algunos días del campeonato. El partido internacional de balonmano entre las selecciones de España y Portugal, que se disputó el pasado 1 de noviembre en el Pabellón de San Pablo, sirvió de test para medir la aceptación de este deporte en Sevilla y la capacidad de la ciudad para organizar encuentros de este nivel. Con este partido oficial, el primero de la clasificación para el Campeonato de Europa de Balonmano 2014 previo al Mundial, la selección española de balonmano regresó a Sevilla después de 16 años y casi llenó el Palacio de los Deportes, con un aforo de más de 5.800 espectadores. Un ambiente y una participación que le valió a Sevilla la felicitación de la Federación Española de Balonmano.

Hay entradas para el Mundial a la venta desde 15 euros por jornada, esto es, para tres partidos. El Ayuntamiento aprovechó este partido para realizar distintas actividades con escolares en Sevilla, en un intento de fomentar el deporte base y crear afición a un deporte minoritario que gana adeptos en una ciudad que aspira a ser talismán del tenis y, ahora, del balonmano. El próximo, el baloncesto.

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