Emotivo recuerdo a Manuel Barrios en el Ateneo a cargo de su hijo
Francisco Robles glosó la figura poliédrica de un novelista que nunca renegó de la libertad
Como si le hubiesen pedido la pirámide de Keops. Manuel Barrios Gutiérrez usó ese símil faraónico cuando el año 2000, quien había sufrido procesos ante el Tribunal de Orden Público, detenciones, censura de sus libros, conoció una condena de dos años de cárcel, dos de inhabilitación y treinta millones de multa por un artículo. Una de las tres muertes civiles de Barrios. La primera, cuando Lara lo borró del mapa literario al no aceptar ser finalista del Planeta el año que ganó Semprún.
La biológica, "Ducados, Olivertti y trasnochar", ocurrió el 24 de febrero de este año. El Ateneo le rindió ayer homenaje y su hijo Manuel Barrios Casares, como buen decano de Filosofía, adaptó un refrán alemán para condenar "un tiempo de ayudas de cámara que no cree en los héroes".
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Alhambra