Zoido defenderá "personalmente" la Torre Cajasol
Polémica por el rascacielos
El alcalde inicia una ofensiva para evitar que Sevilla figure en la lista de patrimonio en peligro y liga la solución a su prestigio como gobernante.
"Unidad", "a muerte", "defender los intereses de la ciudad"... El de este lunes fue un día de declaraciones acaloradas ante la alta posibilidad de que Sevilla entre en la lista de patrimonio mundial en peligro por la construcción de la Torre Cajasol, un rascacielos de 178 metros que, según la Unesco, supone un "impacto negativo" sobre la Sevilla histórica.
El propio alcalde, Juan Ignacio Zoido, consciente del peligro y de que hay que actuar antes de que el Comité del Patrimonio Mundial vote en San Petersburgo la inclusión de Sevilla en la poca honrosa lista, algo que ocurrirá entre los próximos días 24 de junio y 6 de julio, ha iniciado ya una ofensiva diplomática con las conversaciones de este lunes con el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito Secades, y con personal de la Embajada de España ante la Unesco. Zoido es consciente de que, a partir de ahora, una vez que los técnicos ya han dicho todo lo que tenían que decir, será la diplomacia la que tenga la última palabra. También de que los 21 representantes de los países que componen actualmente el Comité de Patrimonio Mundial están acostumbrados a la negociación y a sopesar otros argumentos que no son los estrictamente patrimoniales. En este sentido, el alcalde de Sevilla también anunció que se entrevistará "pronto" con los más altos cargos directivos de la Unesco en materia de patrimonio mundial.
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El alcalde de Sevilla basará su defensa de la Torre Pelli en dos argumentos: el rascacielos se está construyendo en la más estricta legalidad (algo que, por otra parte, nunca ha negado la Unesco) y "no afecta" a los tres monumentos sevillanos declarados patrimonio mundial en un solo expediente: Alcázar, Catedral y Archivo de Indias.
Para que nadie dude de la seriedad de sus intenciones, el alcalde dejó claro que, pese a que el de la Torre Cajasol "no es mi proyecto", llevará a cabo estos encuentros para "defender a Sevilla en primera persona", ligando así la solución del problema a su propio prestigio como gobernante. La principal razón de esta actitud no es otra que la de garantizar que Sevilla es una ciudad donde hay seguridad jurídica para los inversores que quieran establecerse en ella.
El alcalde quiere que tanto el Estado como la Junta de Andalucía le acompañen en su ofensiva diplomática para así dar una imagen de unidad. "Las tres administraciones tienen que ir juntas y a aquellos que pretendan hacer prevalecer los intereses partidistas a los de Sevilla, los sevillanos los pondrán donde los tengan que poner", dijo Zoido.
Sin embargo, el Estado, aunque es el único interlocutor válido que reconoce la Unesco y está actualmente en manos de los compañeros de partido de Zoido (PP), ha mantenido hasta la fecha un papel totalmente pasivo y desganado. De hecho, en una respuesta a una pregunta parlamentaria realizada por IU recientemente sobre el posible impacto de la Torre Cajasol, el Gobierno de la nación remitió, como recoge Europa Press, al informe realizado por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), precisamente el que ha decidido a la Unesco para recomendar la inclusión de Sevilla en la lista de patrimonio mundial en peligro.
La Junta de Andalucía está en manos del PSOE, lo que no facilita precisamente las cosas, como se ha demostrado en los numerosos dimes y diretes que la administración local y autonómica han mantenido sobre este asunto en los últimos tiempos. Sin embargo, este lunes Zoido alabó la "magnífica respuesta y colaboración" que le ha mostrado el consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, para ayudar a solucionar el problema. Eso sí, prefirió no hablar de la actuación de la Consejería de Cultura, que es la que ostenta las competencias en patrimonio histórico, "porque lo que quiero es salvar la declaración de estas tres zonas y voy a estar por encima de las críticas que algunos personajes de la ciudad quieren hacer".
Precisamente, el delegado provincial de Cultura en funciones, Bernardo Bueno, aseguró este lunes a este periódico que la Junta ha ofrecido al Ayuntamiento todo el "apoyo técnico" que requiera, pero que la "responsabilidad" de solucionar el problema es del alcalde, "ya que el Ayuntamiento fue el que dio la licencia de construcción". Bueno, eso sí, reconoció que la Torre Cajasol es una "patata caliente" que ha heredado el alcalde del anterior Consistorio socialista.
Por su parte, el grupo socialista en el Ayuntamiento ofrecióeste lunes "unidad" para "defender los intereses de la ciudad", pero no perdió la oportunidad de recordar que Zoido "ha sembrado dudas sobre la legalidad del proyecto". El PP, por su parte, dijo defender "a muerte" la consideración de los monumentos sevillanos como patrimonio mundial.
España nunca ha tenido una ciudad en la lista negra de la Unesco
La lista de patrimonio mundial en peligro consta actualmente de 28 países que tienen un bien o más en esta situación. Hoy por hoy, en esta nómina no existe ninguna nación de la Unión Europea, siendo Serbia el único estado del viejo continente. En concreto, España nunca ha tenido a ninguno de sus más de 50 bienes declarados patrimonio mundial en la lista negra de la Unesco, por lo que el caso de Sevilla sería una triste inauguración. En la mente de todos está actualmente el recuerdo del Valle del Elba, que puede ser un precedente del camino que transitará Sevilla si no se solucionan de alguna manera las cosas. La ciudad de Dresde decidió levantar un puente que no contó con la aprobación de la Unesco, por lo que inscribió el bien en la lista de patrimonio en peligro en 2007. Después de muchos debates y tras comprobar que Dresde no tenía ninguna intención de parar las obras, la Unesco decidió en 2009 la exclusión definitiva del Valle del Elba de la lista del patrimonio mundial.
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