Cajasol obvia el ruego del Consistorio de rebajar la altura del rascacielos
La polémica de la torre de la Cartuja
El Ayuntamiento amenaza con paralizar las obras si no se llega a un acuerdo · La entidad financiera está convencida de que el proyecto es "absolutamente viable" y "respetuoso con el entorno de la ciudad"
La jornada de ayer dejó una cosa clara: no va a ser fácil un acuerdo entre el Ayuntamiento de Sevilla y Cajasol para unificar posturas tras el informe de la Unesco en el que se critica el impacto negativo de la Torre Cajasol en el paisaje urbano de Sevilla y se insta a los promotores y autoridades a rebajar la altura de este edifico de 178 metros.
El día comenzó con el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, pidiendo "encarecidamente" a Cajasol que pare las obras en altura del rascacielos mientras se abre un proceso de negociación entre la entidad y el Ayuntamiento. El objetivo del diálogo: fijar una cota máxima del edificio que evite que la Unesco excluya de su lista de Patrimonio Mundial el Alcázar, la Catedral y el Archivo de Indias. Junto al ruego, una amenaza: si Cajasol no paraliza las obras en altura, el Ayuntamiento iniciará los trámites legales para la suspensión cautelar de la licencia de obras.
El mismo alcalde, Juan Ignacio Zoido, desveló que el próximo lunes se reunirá con el presidente de Cajasol, Antonio Pulido, para abrir una vía de diálogo en "un tema tan problemático y delicado". "A lo mejor el lunes no llegamos a un acuerdo pero sí podemos iniciar el camino para salvaguardar todos los intereses", dijo Zoido. Asimismo, se han enviado sendas cartas a la Junta de Andalucía y el Ministerio, como partes implicadas en el problema, para que ayuden a la solución del conflicto. Precisamente, el tema de la torre estará presente en la reunión que Zoido también mantendrá el lunes con el presidente de la Junta, José Antonio Griñán.
Sin embargo, Cajasol no parece, por ahora, muy dispuesta a llegar a un acuerdo sobre la altura del rascacielos diseñado por César Pelli para el extremo sur de la Cartuja. En un comunicado remitido a esta redacción, la entidad financiera obvia completamente la propuesta del Consistorio y le solicita, junto a la Junta y el Ministerio de Cultura, "el apoyo explícito para defender el proyecto", ya que tienen "el pleno convencimiento de que con el apoyo de las administraciones, y unificando posturas, este proyecto es absolutamente viable y respetuoso con el entorno de la ciudad, así como con los edificios calificados Patrimonio de la Humanidad".
Eso sí, más adelante, el comunicado incluye un párrafo abierto a muchas lecturas en el que se afirma que Cajasol "está dispuesta a colaborar con las administraciones en todo lo que sea necesario, y poner todas las herramientas convenientes que demuestren que la integración de un proyecto de esta envergadura con la ciudad es una realidad". La entidad presidida por Pulido recuerda que el proyecto de la torre es parte "de su compromiso de desarrollo de Sevilla como su ciudad sede".
La negociación entre las dos partes será dura, aunque Maximiliano Vílchez se muestra convencido de que "vamos a llegar a un acuerdo". Por una parte, el Ayuntamiento hace una lectura definitiva del informe de la Unesco y no se plantea ya intentar cambiar la opinión de sus redactores. Por la otra, Cajasol señala en su comunicado algunos "errores" del informe y su carácter "provisional" y no vinculante.
Si el delegado de Urbanismo dejó claro ayer que la "la altura de la torre en ningún caso puede afectar negativamente a los monumentos declarados patrimonio mundial", alegando cuestiones culturales y económicas, Cajasol cree que la construcción del rascacielos es "el mayor proyecto económico que existe en estos momentos en el sur de España". Para Vílchez, una salida de la lista de Patrimonio Mundial tendría unos efectos "desastrosos" para el turismo, "la principal industria de la ciudad", y por lo tanto para el empleo. Si la Unesco penaliza a Sevilla "supondría un desprestigio para la ciudad y quedaríamos como parte de un Estado que no respeta su patrimonio, a la altura de los talibanes de Afganistán", dijo Vílchez, quien también anunció que la cuestión se debatirá en un Pleno municipal para que todos los grupos puedan dar su opinión sobre la Torre Cajasol. En este sentido, recordó que si se pierde la denominación de patrimonio mundial para los monumentos sevillanos se pondrá en peligro una posible nominación para la Torre del Oro, la Feria o la Semana Santa.
Cajasol, sin embargo, cree que el texto "es absolutamente provisional. Ese informe es un documento elaborado por Icomos, ente colaborador de Unesco, provisional, y no vinculante para ninguna administración de nuestro país, ni siquiera para la Unesco". Además detecta algunos errores técnicos, "como la distancia del proyecto a los bienes Patrimonio (600 metros frente a los 1.700 metros reales)". A Cajasol le sorprende que el texto de la Unesco "no contenga ninguna referencia a cómo afecta el proyecto a los valores por los que Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad los tres monumentos".
Aunque Vílchez mostró su convicción de que se va "a llegar a un acuerdo", lo cierto es que también amenazó con paralizar cautelarmente las obras alegando la "primacía del interés general sobre el interés particular, un principio asentado en Derecho". Mientras que se llega a un acuerdo, tanto Vílchez como Zoido recomendaron a Cajasol que sigan trabajando en otros aspectos del proyecto, como los edificios comerciales, lo que permitiría mantener el empleo.
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