El vicario prohíbe un concierto en el convento de San Leandro

El vicario general de la Archidiócesis, Teodoro León, ha prohibido por escrito la celebración del IV Ciclo de Música en Conventos de Sevilla en el monasterio de San Leandro al comprobar que se anuncia la interpretación de piezas que no son sacras. Fuentes autorizadas del Arzobispado de Sevilla expusieron ayer a este periódico que la autoridad eclesiástica no ha hecho más que aplicar la normativa de la Santa Sede sobre el uso de los templos. Estas reglas fueron promulgadas en 1987 por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El Arzobispado de Sevilla interpreta que la Santa Sede prohíbe taxativamente los conciertos que no sean de música estrictamente religiosa.

Este ciclo de música en conventos está organizado por la Compañía Lírica y el Orfeón de Sevilla. Los días 18 y 26 de noviembre estaba anunciada en este monasterio la interpretación de Carmina Burana a las 21:00. Y para los días 19 y 25 de noviembre, un recital de ópera y zarzuela a la misma hora. La recaudación por la venta de las entradas (cuyos precios son de 8, 10 y 12 euros) se destina al mantenimiento del convento.

Fuentes de la organización consultadas por este periódico se limitaron a confirmar que los conciertos no se llevarán a cabo en el convento de San Leandro sin entrar a valorar la prohibición de la autoridad eclesiástica. Apuntaron a problemas de conservación del monasterio. Las mismas fuentes anunciaron que el concierto se organizará finalmente en la Iglesia de Santiago, sede canónica de la Hermandad de la Redención, pese a que la normativa de la Santa Sede, obviamente, es de aplicación a todos los templos sin distinción. Es más, la organización asegura que la próxima semana se convocará una rueda de prensa para informar de todos los detalles de este ciclo de música en la nueva sede. A la convocatoria se sumarían responsables del Ayuntamiento y de la hermandad anfitriona, según la organizadora.

El monasterio de San Leandro, muy popular por la elaboración y venta de las yemas, se encuentra en muy mal estado de conservación y en una delicada situación económica agravada por los pleitos que la orden religiosa tiene abiertos por unas recientes obras de reforma. El Arzobispado prohibió también la apertura del convento a la visita de un grupo de profesores el pasado 12 de octubre, alegando que la zona de clausura no podía exponerse al público. Las religiosas perdieron los donativos de aquella jornada.