La CES lamenta que el sevillano sea "callado, sumiso y educadito"
La patronal critica que los ciudadanos no clamen ante el retraso de las grandes infraestructuras · Los empresarios conceden un aprobado alto a los cien primeros días del gobierno de Juan Ignacio Zoido.
Todo un aldabonazo sobre las carencias de la ciudad, una crítica en firme a la mentalidad conformista de los vecinos de Sevilla y un listado de exigencias al gobierno municipal de Zoido. Los empresarios han abierto el curso con un repaso en toda regla a la situación de una ciudad que cerró el mes de agosto con 3.155 parados más respecto a julio. El presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), Fernando Galadí, considera de vital importancia que los sevillanos no se conformen con el recorte presupuestario y el rediseño a la baja de la futura SE-40, con un río sin dragado, con una red de Metro incompleta o con un Palacio de Congresos cuya obra de ampliación nunca termina de estar a punto. "Los sevillanos son callados, sumisos, educaditos... Si nos reducen la inversión de la SE-40, el problema después no tendrá arreglo. El político vive su momento, piensa en su reelección... Pero alguien tiene que pensar en el interés general de los sevillanos. Aquí cuesta muchos años de presión conseguir una obra para hacer una infraestructura vital para la ciudad. En 2011 seguimos con la misma rémora del Puerto sin dragado, una obra que Rafael Padura ya pidió en nombre de la CES en 1984. La esclusa es otra obra vital".
Galadí lamenta que la sociedad civil sevillana no se movilice ante determinados recortes como el del proyecto de la SE-40 o ante la falta de una red completa de Metro o de una Ciudad de la Justicia: "Aquí no sabemos aún ni dónde quieren poner el gran Palacio de la Justicia... No se trata de protestar, sino de constatar que siempre se repite la misma historia, una historia que podemos cambiar, pero para eso hace falta una voz crítica de verdad". Criticó al Ministerio de Fomento por actuar con "descaro en el caso de la SE-40, un proyecto que ha perdido 265 millones de euros en un año. "¿Y qué ocurre ahora con las empresas que se habían preparado para la obra, adquiriendo maquinaria y adaptándolo todo?".
También dijo sentir envidia del impulso a los nuevos parques industriales de localidades como Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas y La Rinconada. "En la capital cuesta todo sangre, sudor y lágrimas".
No se resistió a revelar el comentario que le hizo un empresario anónimo en privado: "Me dijo que 2012 será peor que 2011. Yo quiero creer que el futuro puede ser mejor, siempre y cuando hagamos los deberes en Sevilla". Repitió machaconamente que cualquier crecimiento pasa por una reforma laboral que facilite "las entradas y las salidas", que apueste por contratos fijos "pero que no supongan la ruina del empresario" en caso de despidos. "Al empresario no se le pueden cortar las alas. Los costes tienen que ser asumibles y digeribles. Si al empresario se le ahoga en vida, no hay empleo. Por eso lo principal es una reforma laboral, porque los empresarios ya somos arriesgados, valientes y nos la jugamos. Nos caemos y nos volvemos a levantar".
Los empresarios exigen al nuevo gobierno municipal que Sevilla se convierta "en la ciudad más rápida de España donde se conceda una licencia de apertura. Deben concederse en horas. Y que sea el que menos grave esa licencia. Sevilla puede crecer, pero para ello tiene que convertirse el alcalde en un cazador de inversores. Tiene que haber una cola de inversores y no de parados. El número de parados nos abochorna".
Galadí reconoció no haber vivido una crisis como la actual: "Y he conocido muchas".
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