Fallece el pintor, catedrático y académico Francisco García Gómez
l Responso. Hoy, a las 17:00, en el tanatorio de San Jerónimo.Especializado en dibujo ornamental, ha sido de los pocos artistas que han podido presumir de tener en vida un cuadro en el Museo de Bellas Artes sevillano
García Gómez ha fallecido a los 75 años. Así, con sus dos apellidos, se hacía referencia en los círculos artísticos a quien ha sido considerado por muchos de sus compañeros y discípulos como uno de los los grandes de la pintura sevillana con reconocimiento más allá de las fronteras locales. Hombre discreto y sin anhelos de notoriedad, vecino de la calle Enladrillada, cliente ilustre de El Rinconcillo, donde tuvo su tertulia, y muy vinculado a Aracena, donde pasaba largas temporadas en invierno.
Estuvo casado con la profesora Carmen Márquez, profesora de Pintura al Natural en la misma facultad sevillana, y era padre de dos hijas, Natalia y Marina y un hijo, Marcos. García Gómez llegó a ser catedrático emérito de la Hispalense, donde impartió durante décadas la asignatura de Dibujo Ornamental, y académico de la de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Fue ayudante de cátedra de Amalio García del Moral, el pintor de la Giralda. Su obra se caracterizaba, a juicio de los expertos, por el realismo académico en todas sus facetas. Le gustaba el paisaje y tocaba la figuración con connotaciones surrealistas. Como docente marcó a varias generaciones de pintores. Su discípulo más directo ha sido José María Méndez, que firma sus obras como Jaren.
García Gómez ha sido de los pocos artistas que han podido presumir de contar en vida con un cuadro entre los fondos del Museo de Bellas Artes de Sevilla. Se trata de la obra El alquimista, un retrato de su cuñado Manuel Márquez.
Sus discípulos más veteranos lo consideraban como un "independiente" y crítico con algunos planteamientos docentes de la Universidad. Era partidario de una enseñanza "pulcra y abierta" y defendía que había más artistas "fuera que dentro de la facultad". Firme defensor de la técnica, consideraba que no era posible desarrollar una gran pintura sin conocimientos del oficio. "Tan importante como lo que hago es para mí cómo lo hago", confesó en una entrevista.
García Gómez admiraba como pintores a Miguel Ángel Pérez Aguilera y a Francisco Maireles. Suyo es el retrato del rey Juan Carlos que preside el Paraninfo de la Universidad de Sevilla. Realizó a lo largo de su dilatada carrera profesional varios trabajos para las cofradías sevillanas, entre ellos las cartelas góticas del paso del Cristo de las Misericordias, de la Hermandad de Santa Cruz, y el cartel oficial de la Semana Santa de Sevilla de 1994, obra presidida por la cabeza del Cristo del Amor. Entre los muchos retratos que le fueron encargados por personajes de la ciudad, no pudo terminar el del matador de toros Curro Romero por razones extraprofesionales.
Su forma de entender el oficio quedó expresada en una entrevista periodística: "Al pintar, me limito a satisfacer una necesidad material. Es decir, que siento la necesidad física de pintar. Cuando lo hago, me encuentro a mí mismo mejor que en cualquier otra actividad. No soy pintor por accidente, como dicen algunos de los hoy profesionales".
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