Josefa consigue una prórroga

Una hora antes de la señalada para el desahucio, el BBVA pidió que se suspendiera cuando el día anterior había solicitado la ejecución · Un centenar de indignados se concentran en apoyo a la afectada

Josefa Doblado, con un cartel del 15-M, lanza besos a las personas que se congregaron en las puertas de su vivienda, en la calle Primavera.
Josefa Doblado, con un cartel del 15-M, lanza besos a las personas que se congregaron en las puertas de su vivienda, en la calle Primavera.
Fernando Pérez Ávila

20 de julio 2011 - 05:03

Una hora antes de la hora señalada para el desahucio de Josefa Doblado, el BBVA pidió en el juzgado la suspensión del mismo. El banco no dio explicaciones, pero posiblemente lo hizo guiado por la presión mediática y social que ha rodeado al caso de esta vecina de la Macarena en los últimos días. Sólo así se entiende esta marcha atrás cuando el día anterior había vuelto a pedir que se ejecutara la expulsión.

Un centenar de personas del movimiento 15-M y decenas de medios de comunicación se habían concentrado ayer desde primera hora de la mañana a las puertas del domicilio de esta mujer, en el número 2 de la calle Primavera. Unos para impedir el desalojo, si hubiera existido, otros para contar la historia de la mujer de 69 años que vendió el piso por una cantidad simbólica a su sobrino para que éste lo presentara como aval para un préstamo y ahora se ve a punto de ser desahuciada.

La alegría de ayer es temporal. El abogado que representa a Josefa Doblado, José María Ramírez Mora, tiene constancia oficiosa de que el banco volverá a pedir el lanzamiento el próximo mes de septiembre, posiblemente cuando se haya relajado toda la presión que la prensa, el colectivo de indignados e instituciones como el Defensor del Pueblo han ejercido desde la semana pasada. Josefa sólo ha ganado tiempo.

"Espero que en ese plazo se haya resuelto alguno de los recursos que planteamos. Por lo menos Josefa debería ser oída en juicio, puesto que iba a ser desahuciada sin que se celebrara ningún juicio", explicaba ayer el letrado a las puertas de la vivienda. Los recursos son contra el interés de demora del 29% que fijó el banco en el préstamo y contra la adjudicación de la vivienda en subasta por 42.000 euros cuando estaba tasada en 157.000. "Nos basamos en que puede haber una infracción de ley en la adjudicación, puesto que recientemente se ha modificado la ley para que las viviendas no se adjudiquen por menos del 60% de su valor. La de Josefa se vendió en menos del 50%".

Mientras el abogado daba explicaciones, Josefa daba las gracias a todos los que le han ayudado estos días. Besaba a cada uno de los reporteros que le han entrevistado, posaba con la pancarta que el colectivo 15-M llevó para presionar contra el desahucio, se acordaba del Defensor del Pueblo, de su familia, de sus vecinos... "A ver si prosperan los recursos de mi abogado y no tengo que salir de esta casa hasta que no lo haga en un ataúd, como lo hizo mi padre. Esto me estaba costando muchos disgustos, me había cambiado el carácter y estaba siempre de mal humor, yo que no me enfadaba nunca por nada. Ahora me peleaba hasta con la televisión, yo sola. Ni tampoco tengo ganas de arreglarme, siempre voy con la misma ropa".

La voz de Josefa apenas se oía entre la emoción y los cánticos de los indignados. "La banca culpable, el Gobierno responsable", "Nosotros somos el Defensor del Pueblo" o "Ni un desahucio más" eran algunas de las proclamas. Josefa se unió a los jóvenes y se dirigió a ellos. "Si me tengo que salir del piso, no quiero que haya jaleo con la Policía ni nada de eso. Lo último que yo quisiera es que alguno de ustedes resulte herido o sea detenido por un altercado".

Emocionada, atendía una a una a cada cadena de televisión que quería conectar en directo con ella. Casi una hora después de la hora señalada para el desahucio, Josefa volvió a entrar en su casa. Toca ahora deshacer las maletas, esas que había hecho sólo con los objetos de más valor que tiene porque no le había dado tiempo a recogerlo todo. Alguien le preguntó qué iba a hacer ahora que podía disfrutar de su vivienda, al menos hasta septiembre. "Ahora mismo no lo sé. Mañana seguro que voy a ver al Gran Poder. No voy hoy porque no estoy presentable y tendría que arreglarme y se me va a hacer tarde. Pero mañana iré a darle las gracias".

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