El Cautivo del Polígono, protagonista del Lunes Santo
La hermandad de San Pablo llegó hasta la carrera oficial con varios minutos de antelación y fue recibido con aplausos a su entrada en Campana.
Once y media de la mañana del lunes 17 de marzo de 2008. Parroquia de San Ignacio de Loyola. El público espera la salida de la nueva cofradía de la jornada.
Y la cofradía se echa a andar.
Las nuevas incorporaciones dibujan un escenario distinto para la salida de las cofradías. Los pasos lo hacen desde un almacén contiguo al templo. Aquí no se abren las puertas, sino que se descorre el cancel. El alcalde de la ciudad y el edil de Coordinación y Hacienda no faltan a la cita.
Los aplausos reciben al cortejo. Luego sale el misterio. Llegan los primeros comentarios. La composición escenográfica es buena y el ropaje todavía mejor. Según los entendidos en la materia costaleril, su forma de andar se asemeja mucho a la del otro Herodes (el de la Amargura).
La cofradía se pone entera en la calle. La Virgen del Rosario luce el manto de la coronación de la Macarena. Tan rápido anda el cortejo que apenas da tiempo a coger su ritmo. Es un auténtico maratón. Tanto que la entrada en la carrera oficial se produce varios minutos antes de lo previsto. Aplausos para recibir a la cofradía en la Campana. Y de vuelta a casa.
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