La botica de pueblo reivindica su espacio
Sanitarios Nace la Sociedad Española de Farmacia Rural
El compromiso profesional y la creación de una asociación nacional pretenden fortalecer el rol social de las farmacias.
Tienen estatutos de reciente creación y, aunque llevaban dos o tres años de reuniones, no ha sido hasta hace poco más de un mes cuando se ha constituido la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar), única en su especie con vocación de aglutinar a los profesionales de las boticas de pueblos y zonas poco pobladas. Según explica su presidente, Francisco Javier Guerrero, una de las claves está en la red: "Internet ha conseguido dar vida a esto, poner en contacto a farmacéuticos aislados de Segovia, Tarragona o Huelva para dar el empujón necesario que permita poner voz a la farmacia rural". Y ya están manos a la obra.
La Fundación Farmacéutica Avenzoar, junto a los colegios de farmacéuticos de Sevilla y Huelva y la Sefar celebraron este lunes en Aracena un encuentro para ir dando visibilidad a varias de sus iniciativas. Una de ellas, liderada por el propio Guerrero, aborda un proyecto de Educación Sanitaria sobre Patología Pulmonar cuyo objetivo es mejorar el grado de adhesión terapéutica y cumplimiento del tratamiento de pacientes afectados por enfermedades como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y fomentar el abandono del tabaquismo.
"En el fondo de todo esto lo que buscamos es transformar la forma de trabajo del farmacéutico. No podemos limitarnos a pegar cupones precinto en las recetas. Tenemos que colaborar con los pacientes y ayudar en su formación". De hecho, según explica, la visión que los profesionales tienen del propio paciente también ha cambiado. "Queremos reforzar nuestro rol como educadores sanitarios, enseñar a usar un inhalador, ofrecer información y herramientas verdaderamente útiles para los pacientes".
Para este farmacéutico, que desempeña su labor en la localidad de El Madroño, Sevilla, el objetivo fundamental es crear una corriente de trabajo con buena base en la formación que permita enfocar la atención y la formación hacia los pacientes. Este tipo de tareas son esenciales en un profesión que necesita significar su rol social y defender la continuidad del modelo farmacéutico actual, que suma su naturaleza privada con una finalidad de servicio público. Y ahí existen factores que ayudan a los farmacéuticos de pueblo a reivindicar su actuación con especial autenticidad. "La farmacia de pueblo es la que en esencia mejor representa la garantía de que un medicamento pueda ser accesible para toda la población, por remota que sea su residencia. Además, no existe una linea mercantilista como se puede dar en zonas urbanas que lleva a dedicar más metros cuadrados a la parafarmacia", argumenta Guerrero.
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