Tres días a la semana de ejercicio físico tienen efecto terapéutico
Vida saludable
El impacto de programas continuados ha demostrado su capacidad para prevenir cardiopatías o hipertensión.
Aconsejar la realización de ejercicio físico, como una promoción de hábitos saludables, es algo muy evidente. Que eso se haga desde la consulta del médico, considerándolo una prescripción, le otorga un estatus terapéutico que, lejos de ser una perogrullada, recuerda que la labor profesional de los galenos no se restringe siempre a firmar recetas.
Un trabajo publicado estos días en Medicina Clínica ofrece un análisis del ejercicio físico desde la perspectiva de cualquier tratamiento; abordando los aspectos que generalmente aperecen en el prospecto de un fármaco: indicaciones, posología y efectos adversos... El estudio ha sido realizado por Enric Suibrats, Gemma Subirats Íñigo Soteras, del Hospital Transfronterizo de Puigcerdá, en Gerona. En su trabajo comentan que la prescripción de ejercicio físico es útil especialmente para prevenir la mortalidad prematura de cualquier causa y ponen ejemplo muy extendidos: la cardiopatía isquémica, la enfermedad cerebrovascular, la hipertensión arterial, el cáncer de colon y mama, la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico, la obesidad, la osteoporosis, la sarcopenia, la dependencia funcional y las caídas en ancianos, el deterioro cognitivo, la ansiedad y la depresión.
Dicho beneficio se observa en ambos sexos y es mayor cuanto mayor es el volumen o la intensidad del ejercicio físico. Para obtener dichos beneficios, debe realizarse ejercicio aeróbico moderado durante un mínimo de 30 minutos, 5 días por semana, o ejercicio intenso durante un mínimo de 20 minutos, 3 días por semana.
Los profesionales recomiendan añadir un mínimo de 2 días no consecutivos cada semana para practicar entre 8 y 10 ejercicios que desarrollen la fuerza de la mayor parte de los músculos brazos, hombros, tórax, abdomen, espalda, caderas y piernas), con entre 10 y 5 repeticiones de cada ejercicio. También es recomendable dedicar dos sesiones de 10 minutos a la semana para realizar una decena de ejercicios que mantengan la flexibilidad de la mayor parte de grupos de músculos y tendones. En los afectos adversos, el ejercicio físico puede comportar lesiones del aparato locomotor y riesgo cardiovascular, pero el beneficio supera al riesgo.
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