Sanidad acusa a una empresa alemana de captar donantes de forma ilegal
DKMS habría traficado con muestras biológicas y creado un registro de potenciales donantes de médula paralelo al único autorizado en España. La compañía amenaza con una querella por "obstaculizar" sus actividades.
La Organización Nacional de Trasplantes (ONT), dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, alerta de que la empresa alemana DKMS está buscando donantes de médula ósea en España sin contar con el beneplácito de las autoridades sanitarias españolas y recurriendo a la exportación "ilegal" de muestras biológicas.
Dicha empresa, afincada en España como fundación desde hace un mes, está acusada de impulsar campañas masivas de captación de potenciales donantes sin informar a las comunidades; obtener muestras de saliva de quienes quieren colaborar con ellos y sacarlas fuera del país para su análisis sin la autorización de Sanidad Exterior; y de haber creado un registro con más de mil potenciales donantes españoles paralelo al Registro Español de Donantes de Médula Ósea (Redmo), el único autorizado en España.
Además, la compañía alemana impone unas tarifas "bastante elevadas" para acceder a su registro, lo que para el director de la ONT, Rafael Matesanz, "puede hacer saltar por los aires" el actual sistema español de donación basado en la "solidaridad y altruismo", que fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 2010.
La ONT ya ha puesto el caso en manos de la Abogacía del Estado, después de que DKMS haya desoído sus advertencias e incluso haya amenazado al organismo que dirige Matesanz con una querella por "obstaculizar" sus actividades en España.
20 años reclutando donantes en Alemania
DKMS fue creada por el propietario de la cadena de productos cosméticos Coty, que incluye marcas prestigiosas de colonia como Adidas, Calvin Klein, Pierre Cardin, David & Victoria Beckham o Jennifer López, y, desde hace 20 años, se dedica a la captación de potenciales donantes de médula en Alemania mediante llamamientos masivos dirigidos ayudar a un paciente con cáncer que necesita una médula compatible.
Además, gestiona uno de los 40 registros de donantes de médula que existen en este país, que a su vez forma parte de la red mundial de donantes de médula (BMDW, en sus siglas en inglés) y cuenta ya con más de 2,5 millones de personas.
En los últimos años, DKMS ha expandido su actividad a otros países como Estados Unidos o Polonia, donde han creado varios registros. En cambio, en Francia o Brasil se le negó su actividad al ir en contra de sus respectivas legislaciones en materia de donación y trasplantes.
Su llegada a España se produjo en octubre, con la organización de un acto para encontrar un donante de médula para un paciente de Avilés (Asturias) que padece leucemia, una de las enfermedades que en ocasiones precisa de un trasplante para sustituir la médula ósea dañada por los tratamientos quimioterápicos por células madre de médula sana.
Para ello, inició una campaña de concienciación que contó con el apoyo de deportistas como Raúl, Iker Casillas o Juan Carlos Navarro. Además, el domingo 16 de dicho mes celebraron un acto en la localidad asturiana a la que acudieron más de mil ciudadanos, dispuestos a someterse a un análisis de antígenos de leucocitos humanos (HLA), a través de la saliva, para ver si sus células eran compatibles con las de este paciente.
DKMS también daba la posibilidad de inscribirse como donante a través de su página web en castellano. La compañía alemana enviaba por correo un kit para la obtención de la saliva y pedía, a modo de voluntad, los 50 euros que cuesta el posterior análisis.
Asimismo, advertían de que, de no ser genéticamente compatibles con este paciente, los donantes quedaban "a disposición de pacientes de todo el mundo". En caso de ser compatible, la empresa alemana se encarga de buscar un equipo médico para proceder a la extracción de la médula.
Sin embargo, DKMS no tuvo en cuenta la Ley de Salud Pública española, que establece que son las comunidades las que deben controlar aquellos mensajes que se lanzan a la población en materia de salud pública, ya que "ni contó con ninguna autorización ni entró en contacto" con el Ministerio de Sanidad o, en este caso, la Consejería de Sanidad de Asturias.
Y, al mismo tiempo, "vulneraron" el RD 1301/2006 de 10 de noviembre sobre calidad y seguridad para la donación, obtención, evaluación, procesamiento, preservación, almacenamiento de células y tejidos humanos. A diferencia de la legislación alemana, dicha norma establece que la promoción y la donación debe realizarse "siempre de forma general y sin buscar un beneficio para personas concretas".
Tras este acto, la ONT contactó con DKMS para conocer el objetivo de sus actuaciones en España, y solicitaron el cese de su actividad a menos que se adecuasen a la legalidad vigente. Además, informaron a todos los coordinadores autonómicos de trasplantes y hematólogos de lo sucedido.
Ignora las advertencias de la ONT
La empresa alemana no tuvo en cuenta las demandas de las autoridades sanitarias españolas y, en diciembre, al tiempo que se constituía como Fundación con sede social en Barcelona, envió a la ONT un requerimiento previo al recurso ante la jurisdicción contencioso administrativa por "obstaculizar" sus actividades en España.
Pero las irregularidades no acaban ahí ya que, días más tarde, la ONT constató que en la red mundial de donantes hay un registro llamado Spain-DKMS, con 1.024 españoles expuestos a que puedan requerir su médula en cualquier parte del mundo. Actualmente, el Redmo es el único registro autorizado por Sanidad y las comunidades, que delegaron su gestión la Fundación Josep Carreras, y cuenta con más de 90.000 donantes.
Además, esto confirmó las "sospechas" de que DKMS exportaba ilegalmente de España las muestras de saliva recopiladas para su posterior análisis, sin obtener la autorización de la Dirección General de Salud Pública, dependiente de Sanidad Exterior, como marca el RD 65/2006 de importación y exportación de muestras biológicas.
"Dentro de la Unión Europea se pueden enviar de un país a otro muestras biológicas para trasplante sin necesidad de autorización específica. En cambio, para otros casos como análisis o tipaje, no se pueden enviar sin una autorización previa. Cualquier envío que no esté controlado entraría dentro del concepto de tráfico ilegal de material biológico u órganos", asegura Matesanz.
Además, la empresa alemana se puso en contacto con profesionales de distintos hospitales españoles para contar con su ayuda en caso de necesitar extraer médula de alguno de sus donantes españoles y enviarla al extranjero, "algo ilegal sin los oportunos permisos de Sanidad Exterior y la ONT". En algunos correos electrónicos enviados, DKMS aseguraba incluso contar con el respaldo de la ONT.
Nueva fuente de ingresos para DKMS
Pero más allá de todas las irregularidades citadas, la preocupación de la ONT también obedece al hecho de que esta empresa introduzca "factores económicos" en un modelo de donación y trasplantes como el español, que no entiende de cifras.
Según asegura Matesanz, DKMS ofrece unas tarifas "bastante elevadas" a nivel mundial, tanto para consultar su registro en busca de un donante como para la extracción de la médula. En estos casos, mientras que a un hospital español la operación -que requiere anestesia general- le cuesta unos 11.000 euros, DKMS la factura a 14.500 euros.
De hecho, la Fundación Josep Carreras estima que, con estos precios, la empresa alemana puede obtener unos 6.000 euros de beneficios por cada donación, que multiplicados por las 4.000 que gestiona cada año les permitirían ganar unos 24 millones anuales.
"No vamos a renunciar a ningún potencial donante, haya lo que haya que pagar", asegura Matesanz, quien no obstante advierte de que "su introducción en España y su forma de trabajar rompe el principio de altruismo y solidaridad que inspira nuestro sistema de trasplantes".
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