Goleada por inercia (4-1)

El Betis se equilibra tras un primer tiempo anodino y avasalla al Numancia con un ritmo vivo y la pegada de Rubén Castro · Los verdiblancos aventajan ya en 11 puntos al Celta

Foto: Antonio Pizarro
Foto: Antonio Pizarro
Javier Mérida

30 de abril 2011 - 20:00

El Betis de Pepe Mel es un buen equipo y el premio va a ser el ascenso de categoría. No necesita ni siquiera jugar bien. Gana y golea ya por inercia. Su superioridad es aplastante y ayer avasalló al Numancia en una segunda parte en la que apenas le bastó con subir el ritmo de juego y mirar siempre a la portería adversaria. Si encima, al mismo tiempo, ese Celta que cada día es menos directo rival, se deja dos nuevos puntos, el premio le va a llegar por anticipado.

Quizá el partido de ayer sea la mejor prueba para colegir lo apuntado anteriormente, que el Betis es un buen equipo de fútbol. Porque precisa muy poco para ganar. Su superioridad frente a la mayoría de los adversarios, sustentada a la par en algunos de los mejores futbolistas de la categoría, es tal que en muchos partidos le basta con no equivocarse. O con equivocarse poco. Porque disponer de gente con la pegada de Emana, Jorge Molina y ese Rubén Castro que ya amenaza a los máximos goleadores es una garantía para tapar carencias, por escasas que sean las que afloran en este Betis de Mel.

Ayer se permitió incluso el lujo de regalar la primera parte. Como si el equipo sintiese que la dinámica en la que ha entrado lo iba a llevar a ganar el partido andando, su fútbol fue sucio y desconectado, fruto de ese 4-4-2 que su técnico diseña a veces en Heliópolis y que, en realidad, es un 4-2-4. Porque si Emana y Jonathan Pereira, los hombres que tenían encomendadas las bandas, no son delanteros...

Ante disparate tan escaso, porque el Betis puede permitirse en Segunda y ante los suyos licencias que en breve serán prohibitivas, el Numancia se creció. Con el césped rapidito por la manta de agua matinal y el sol fuera en esta ciudad del sol, los jugadores de Unzué aprovecharon la desidia verdiblanca para quitarle el balón y encerrarlo en los alrededores de Casto. Barkero, que agotó todo el gas en los albores del partido, conectó bien con Cedric y entre ambos provocaron una retahíla de córners que tardó en ofrecer frutos. Incluso, Casto debió rescatar en dos ocasiones a su equipo. Aunque, claro, el gol de Numancia llegó cuando el propio Betis lo había logrado ya antes. Medio pase, un rebote y el único error de Sunny en el partido se aliaron para que Rubén Castro inscribiese su nombre en el acta minutos antes de que Nano, quien fuese exquisito extremo juvenil en el Barça y hoy atolondrado lateral, peinase en el primer palo el enésimo saque de esquina servido por Barkero.

Tonteaba en exceso el Betis y sólo Emana, con sus chispazos, rompía el ritmo monocorde de los verdiblancos. Beñat era incapaz de vivir en el latifundio que provocaba el alocado dibujo con los cuatro delanteros y se atiborraba de imprecisiones, de balones inocuos que jamás encontraban más destinatario que alguna pierna al suelo de Dimas o Sunny.

Pero el camerunés, que pudo encauzar la victoria con un pase de gol cantado que Jorge Molina malogró, la propició, empero, de forma involuntaria. No es que sobrara Emana precisamente, pero sí un delantero y le tocó a él debido a un cabezazo involuntario que le propinó Sunny y que motivó su relevo tras el descanso.

Tampoco es que Cañas, cada día más entonado e inteligente en su fútbol, lo bordase. Pero el Betis, en la segunda parte, se equilibró. Cierto que Beñat se acostó un tanto a la derecha, pero al cabo fueron tres los centrocampistas y tres los delanteros.

Y encima, el Betis halló la fortuna antes incluso de merecerla. Porque al minuto de juego, Rubén Castro y Jonathan Pereira se asociaron de nuevo para que el menudo gallego, en acción similar a la del primer tanto, cruzase el balón por bajo ante Lafuente.

Había dado tiempo, en todo caso, a presentir un Betis más vivo que el del acto inicial. Y tras el gol se corroboró esa impresión. El ritmo era otro, nada que ver con el cansino de antes. La línea de presión con Cañas ayudando a Iriney en el empuje, se situó unos metros más arriba. Las líneas, por ello, se veían más juntas. Los pases de los futbolistas verdiblancos ya encontraban receptores, los apoyos eran constantes y fáciles y el Numancia, aunque pudo dar un último coletazo por mor de un fallo garrafal de Casto, acabó por claudicar frente a un equipo intenso, ansioso y que halló en Rubén Castro ese azote necesario que acabó por rematarlo.

Dos goles más del estilete canario, el segundo tras una preciosa e hilvanada jugada colectiva que fue de costero a costero dos veces, certificaron una nueva victoria, una más, de un equipo que ya ve tan cerca la meta que la va a alcanzar antes que nadie sólo con la inercia de su carrera. Once puntos de distancia sobre el Celta cuando restan dieciocho por disputar se antojan insalvables. Máxime porque este Betis, el Betis de Mel, empequeñece a sus rivales con la facilidad que le otorga la mejor pegada de la clase.

Ficha técnica:

4 - Real Betis: Casto, Miguel Lópes, Roversio, Dorado, Nacho; Iriney, Beñat (Momo, m.84); Emaná (Cañas, m.46), Rubén Castro, Jonathan Pereira (Ezequiel, m.74); y Jorge Molina.

1 - CD Numancia: Lafuente; Flaño, Culebras, Jaio, Nano; Cedric (Garmendia, m.73), Sunny, Dimas (Nagore, m.76), Barkero; Del Pino (Ion Velez, m.79) e Ibrahima.

Goles: 1-0: m.10. Rubén Castro. 1-1: m.21. Nano. 2-1: m.47, Pereira. 3-1: m.67, Rubén Castro. 4-1: m.78, Rubén Castro.

Árbitro: Carlos del cerro Grande (c.madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Del Pino (m.29), Dimas (m.68).

Incidencias: Partido disputado en el estadio benito Villamarín ante unos 35.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones pese a la lluvias de las últimas horas. A los 38 minutos Emana recibió en la cara un cabezazo de Sunny y fue asistido durante varios minutos en la banda, y en el descanso fue suplido por tener algunos mareos.

stats