El lado humano de Achille Emana
El camerunés, junto a Rivera, compartió unos momentos con los alumnos del Claret

A nadie escapa la peculiaridad del carácter de Achille Emana. Su atuendo siempre a la última moda o su afición a coleccionar coches y relojes de lujo parecen representar a un futbolista alejado de los problemas de la sociedad. Nada más lejos de la realidad.
Emana visitó ayer el colegio Claret, junto a su compañero Rivera y en el marco del programa Escuela de Béticos, donde dejó traslucir su lado más humano. Su perenne sonrisa con los niños y la seriedad de sus respuestas a las preguntas de los colegiales que afectaban a temas más allá de lo futbolístico mostraron a ese otro Emana que reserva para sus más íntimos.
El camerunés realiza una intensa labor social en su país de origen. Escuelas de fútbol, orfanatos y todo lo que pueda representar una ayuda a los más desfavorecidos cuentan con el apoyo de Emana. "Camerún es el Brasil de África. Allí todos los niños quieren practicar el fútbol y parecerse a Eto'o o Emana, y ayudo con lo que puedo", comenta el camerunés, que también participa en diferentes obras sociales: "Tengo una Fundación para mujeres que están mal y ayudo a un orfanato de niños que no tienen padre ni madre". Ese otro Emana apareció ayer en el Claret.
"No soy una estrella. Aquí lo más importante son los compañeros y que el equipo actúe como una familia", señala el camerunés a un alumno que le interroga por cómo se siente al ser famoso. "En el equipo hacemos una colecta para ayudar a los más desfavorecidos. Yo intento ayudar con lo que Dios me ha dado", responde a otro que le pregunta por la situación social de África.
Días después de la tragedia vivida en Costa de Marfil, el camerunés Emana alza la voz para pedir una implicación mayor de todos con la causa africana. No es de recibo que en pleno siglo XXI y con un fútbol que mueve millones se produzcan sucesos como el de Abidján. "Siento mucha pena. Ante todo somos humanos y es grave que sucedan esas cosas en un partido de fútbol. Hay que ayudar a la gente y arreglar las cosas para que no se vuelva a repetir. Si se reparan estadios para los mundiales, ¿por qué no se pueden arreglar en toda África? Hay que tener voluntad de hacerlo y ayudar", reclama Emana, mostrando, una vez más, su compromiso con las causas más nobles.
Salvando las distancias, Emana vuelve a mostrar su lado más comprometido cuando habla de la situación deportiva del Betis. "Lo importante es que estamos creciendo como equipo. No creo que tengamos peligro para descender y yo vine aquí para jugar y crecer. Creo en esta plantilla y en mis compañeros. Mi apuesta con la afición es que vine aquí a dar lo máximo y es algo que miro en mí mismo. Lo tenemos que dar todo por la afición y por el escudo del Betis", afirma Emana, que insiste en que el equipo no correrá peligro: "El Betis tiene un 2% de posibilidades de bajar".
El lado humano de Emana apareció con los más jóvenes del colegio Claret. Su sonrisa y su carácter afable le hicieron compartir unos momentos con los que lo idolatran. De allí se marchó al hospital. Un enfermo lo estaba esperando. Y allí iba también el otro Emana.
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