Maciá: fracasó el proyecto
real betis
El director deportivo se sabe fuera y da a entender en privado una conspiración contra él. El valenciano critica las estructuras del Betis Su adiós cuesta medio millón.
El proyecto deportivo vendido a bombo y platillo el 1 de mayo de 2015 no ha durado ni un año. Eduardo Maciá, que llevaba unas semanas trabajando para el Betis, fue vendido entonces por Juan Carlos Ollero y la mayoría de los actuales consejeros, entre ellos Ángel Haro y José Miguel López Catalán, como el maná llegado al Betis, siempre tras una campaña previa y gratuita de mercadotecnia externa que se incrementó tras el sonado fichaje del valenciano.
Hasta 2019 firmó Maciá, con plenos poderes para hacer y deshacer e incluso conformar un grupo de trabajo tan heterodoxo como costoso y que ha certificado un fracaso sin precedentes, con fichajes de futbolistas en los estertores de su carrera, a precio de oro, incompetentes algunos, lesionados otros y, sencillamente, lejos de lo que necesitaba el Betis, sostenido de nuevo por Rubén Castro, Adán y otros de la vieja guardia.
A Haro y Catalán no han escapado los errores del valenciano y hace ya unos días cuando, examinando documentación, decidieron cortar por lo sano, de ahí que se hayan reunido ya con más de un candidato a ocupar su plaza, aunque la destitución -costaría al Betis aproximadamente medio millón de euros- no tiene por qué ser inmediata ni obedecer a la presentación de otro director deportivo, toda vez que Alexis -quizá junto a Stosic- podría tomar las riendas de manera provisional y quién sabe si definitiva.
Lógicamente, Maciá conoce los entresijos del fútbol, aunque no le hayan servido para componer una plantilla a la altura de lo que demandaba el Betis con el dineral que han puesto en sus manos, y está al tanto de lo que se cuece. Tanto es así que en privado ya ha comunicado a algún amigo que está fuera, dando a entender que dentro del club hay una conspiración contra él, como la hubo en su día para obligar a Juan Carlos Ollero a abandonar la presidencia.
Maciá, además, sufre en sus carnes cómo empleados del club que lo adularon al dictado del entorno casi no le dirigen hoy la palabra al cruzarse por esos pasillos donde medrar es la actividad favorita. Así, el todavía director deportivo critica a un consejo deslegitimado accionarialmente, a las plataformas, etc. No le falta razón, pero a él le dieron manga ancha y ha fracasado, de ahí que sólo trate de escurrir el bulto al saberse fuera.
El valenciano, incluso, ya se prepara una salida honrosa filtrando informaciones interesadas, ya que a nivel nacional, como en su día al Betis, puede convencer a otro club de su contratación.
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