Apenas juega, pero qué zarpazos...

Mallorca-betis · informe técnico

El propósito de Mel de sostener la presión arriba y llevar el partido al mediocampo rival se desinfla. Empero, la calidad individual de los atacantes y su sintonía en pocos toques es letal.

Apenas juega, pero qué zarpazos...
Apenas juega, pero qué zarpazos...
Juan Antonio Solís

11 de mayo 2015 - 05:02

El fútbol es de los futbolistas y la calidad es la que decide. Y este Betis, gana casi siempre en esta categoría de los chinos que es la Liga Adelante por su calidad individual, muy superior al resto. No le hace falta dominar el juego, controlar el partido y ni mucho menos tener la pelota. Le basta con pillar medio descolocada a la defensa enemiga. Rubén Castro y Jorge Molina harán el resto, con la ayuda de Ceballos o Portillo desde atrás. Tres toques, cuatro a lo sumo, y gol. O casi. Y vámonos para casa, que la Primera ya se avista.

DEFENSA

El Mallorca se dispuso sobre la hierba con cierta osadía. Miquel Soler, como futbolista, era un lateral de marcada vocación ofensiva. Y parece que quiere insuflar un juego igual de alegre a sus chicos: salió con dos puntas, Joselu y Xisco, más Asensio pululando entre líneas. Y una línea defensiva osada, lejos de su portero Cabrero. Y dos laterales a rienda suelta, Company y Saborit. El Betis, otra vez, salió sin plena intensidad y el Mallorca empezó a creérselo. El problema para Soler, la suerte para el Betis, fue que entre Asensio y el resto del equipo bermellón hay una galaxia. El pipiolo hizo maniobras de mucho talento en la mediapunta, pero nadie estuvo a su altura para seguir su propuesta.

Fueron los zarpazos de los atacantes béticos los que aplacaron las acometidas del Mallorca. Primer zarpazo, casi gol. Segundo, gol. Tercero, gol. Y a la lona el Mallorca. Si éste resucitó fue por esa falta de entendimiento entre Jordi y Adán que acabó en el 1-2, que debió anular el árbitro por fuera de juego de Xisco.

Mel ordenó a sus chicos que zanjaran la fe de los baleares con una presión sostenida muy arriba, hostigando la salida del balón, recuperándolo cerca del área local para asestar el golpe definitivo en dos o tres pases. Pero fue un quiero y no puedo. Entre el calor, que a la defensa bética le costó dar el paso adelante y que los medios no tuvieron la agresividad necesaria, el Mallorca acosó con ardor y acabó forzando jugadas a balón parado. Y Asensio, ya menos participativo, tuvo una última bala que se fue al larguero.

ATAQUE

La producción ofensiva del Betis en Palma es mucho más simple de lo que pensó Mel. Éste pretendía que Molinero y Casado subieran con regularidad, invitados por la tendencia de Portillo y Ceballos a actuar por dentro, como verdaderos interiores. Le hubiera encantado a Mel también que N'Diaye robara balones muy arriba, respaldado por una zaga casi a la altura del mediocampo. Y que Rubén y Jorge Molina se encargaran del resto. En la primera parte, el único fútbol de verdad fue el que manó del dúo de atacantes. De sus recursos individuales -prodigioso Rubén en su maniobra y su tiro con su pierna menos buena- y de la capacidad bética para provocar un fuego en tres toques cuando las zagas enemigas se abren, como en el 0-2.

VIRTUDES

Los recursos individuales de sus atacantes lo sacan de cualquier peligro. Le hace falta muy poco para dar el zarpazo letal.

TALÓN DE AQUILES

No ser capaz de sostener la presión arriba lo llevó a no tener la situación controlada.

UNO POR UNO

Adán: No se entendió con Jordi en el gol, ilegal por otra parte. Mando y valentía en las salidas.

Molinero: Un paso atrás después de unos últimos partidos prometedores.

Bruno: Expeditivo cuando hizo falta, no arriesgó ni cometió errores con la pelota.

Jordi: Otra amarilla que se pudo ahorrar. Alguna indecisión.

Casado: Atrás no se impuso. Atacó más en un tramo de la segunda parte, pero pudo dar el tercero a Rubén y prefirió chutar.

Portillo: Mejor al dejar la banda y tocó por dentro. En la segunda parte, últimos pases de calidad.

N'Diaye: Intensidad a ratos.

Xavi Torres: Buen pase a Molina para que éste dibujara su gran conexión con Rubén en el 0-2. Trabajador y al choque.

Dani Ceballos: Dio la sensación de jugar lastrado por su tobillo. No se soltó.

Jorge Molina: Su alianza con Rubén Castro convierte en castillos de arena cualquier zaga de Segunda.

Rubén Castro: Jugueteó con los defensas. Regates, pases al hueco y tiro con ambas piernas.

Álvaro Cejudo: Se llevó más de un golpe.

Reyes: Había que sofocar ese último arreón del Mallorca.

Piccini: Un escarceo por la derecha.

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