El trámite más idóneo

Previa

El Betis, con la clasificación en el bolsillo, afronta un partido propicio frente a un rival muy débil para despejar sus dudas. Mel, salvo en la zaga, aprovechará para mover su once inicial.

Dídac, Xavi Torres y Nono bromean durante los primeros instantes del entrenamiento matinal de ayer.
Dídac, Xavi Torres y Nono bromean durante los primeros instantes del entrenamiento matinal de ayer.
Javier Mérida

29 de agosto 2013 - 05:02

El Betis afronta uno de esos partidos ante un rival endeblito que para sí quisieran todos los equipos en estos albores de la temporada en los que las dudas se hallan metidas en los huesos de casi todos. Supuestamente han quedado atrás las probetas de la pretemporada, pero por más que se quiera estamos en agosto y los laboratorios de los entrenadores siguen con los tubos de ensayo en plena ebullición. Los equipos se van ahormando y a todos les falta aún recorrido. Encima, el Betis, pese al trecho recorrido por la competencia de su entrenador y por los años que lleva al mando, se ha encontrado con que los resultados le dan la espalda.

No es el caso, precisamente, de la competición que nos ocupa, la Liga Europa, en la que hace una semana dejó su pase virtualmente resuelto en la República Checa, justo en la frontera con Polonia, frente a un equipo menor que hoy asoma como bálsamo propicio para que la vida en verdiblanco se vea de otra manera. El 1-2 cosechado en Jablonec debe ser el aldabonazo para que en Heliópolis no sólo se goce de la clasificación definitiva sino de una victoria que sitúe al equipo en la rampa de lanzamiento de esta apasionante temporada.

Acudir a Cornellà el domingo con la mente preclara es el objetivo secundario, que no menos importante, que subyace tras este encuentro que, en teoría, debe servir para una vida nueva del Betis. Clasificación, victoria convincente, reivindicación de algún suplente, comunión con Jorge Molina... Todos éstos deben ser premisas ineludibles con la visita de este Jablonec seguramente incapaz de provocar lo que quizá también sería deseable, que alguien se volviese hacia el palco reclamándole a alguno de los que allí se sienta que la plantilla es manifiestamente mejorable y que muchos millones de euros de las ventas de Emana, Jonathan Pereira y Beñat están hoy en su poder en lugar de sobre la yerba, que es donde realmente se echa de menos.

Pero estas cuitas son imposibles en una afición a la que se engaña sólo con nombrarle a la bicha anterior, como si los de ahora sólo estuviesen obligados a no llevárselo y a mostrarse serios y correctos en sus modos, en vez de a un gobierno profesional y deportivamente sobresaliente en lugar fiarlo todo a la egregia figura de un entrenador al que, encima, no querían y al que hoy, renovado, apenas echan cuenta en sus reivindicaciones y, empero, sí van censurando sotto voce cuando el hombre revienta de higos a brevas pese a que sólo sea por los reiterados desmanes que ellos provocan.

Pues en ese banquillo en el que lo han obligado a morderse la lengua para no ofender al entrenador rival se sentará hoy Pepe Mel, quien anda en la tarea de recomponer a su equipo e ir dando entrada a futbolistas a los que las lesiones han impedido mostrarse a la fecha, caso de Rubén Castro, pues Lolo Reyes no podrá jugar por no estar inscrito para esta ronda de la Liga Europa. Igualmente, futbolistas recién llegados como Jordi y Braian apenas han tenido protagonismo y podrían aprovechar la cita de hoy, si gozasen de algunos minutos, para reclamarlo.

Con todo, las palabras del técnico madrileño en la rueda de prensa invitan incluso a pensar en un cambio de sistema, en el regreso a ese 4-4-2 asimétrico que tan buen rédito le causó en algunos partidos en el pasado y que esta noche, con Salva Sevilla en la banda derecha, o directamente con Juanfran para un dibujo aún más puro, pudiera tener presencia. Porque la alineación de Jorge Molina está revelada por él mismo y la aparición de Rubén Castro como titular ya hasta que Dios quiera también se antoja probable, por mucho que el canario vaya a significar el primer cambio del partido si todo transcurre con normalidad.

Son las elucubraciones de Pepito Grillo, que cualquiera sabe qué pasa por la cabeza de Mel que no sea que su equipo anote dos goles tempranos para que entonces sí piense descaradamente en la cita ante el Espanyol. La endeblez en defensa del Jablonec, unida a una salida en tromba y con presión arriba de sus hombres, debieran reventar pronto ese marcador que ya asoma con un más que elocuente 1-2.

Si el Jablonec, en un mal partido de los béticos, en su reducto y al abrigo de sus fieles no fue capaz de vencer ni jugando mejor, sólo un ridículo espantoso de los heliopolitanos podrían provocar esta noche su eliminación, ya que no se contempla siquiera que no ganen el partido.

La prudencia y la humildad, lógicamente, deben ir en la mochila de los profesionales, pero nunca a la hora de un análisis serio visto lo de hace una semana y que no hace sino intuir una goleada cauterizadora para los futbolistas béticos y quien los entrena.

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