El Betis de Mel, sí ése
La previa
Con dudas tras mostrar dos caras ante Madrid y Jablonec y con pocos recursos, el cuarto proyecto echa a andar en casa. Las dudas ante el Celta, en la portería y en la delantera.

Mientras el club da la impresión de caminar abducido por un recaudador al que muchos siguen babeando como otrora una especie dispar lo hacía con el dictador -lo de los banquillos es la enésima chapuza por la que igual se piden disculpas y se rectifica como si fuese la primera, qué más da-, Pepe Mel y su equipo, si es que a aquéllos les importa, que seguro que a los béticos de verdad sí, afronta hoy su segundo compromiso liguero.
Se habla en el Betis de fútbol, claro que sí. El filial inauguró ayer una degradante temporada en Tercera, en el primer equipo se cuentan con las manos los chavales de la casa, el césped anda regular -ahí sí es una excusa tan abrasador estío-, el técnico deberá descartar en nada a futbolistas de una plantilla amplia pero normalita, pero no hay problemas. Un año más, ahí están Mel y sus futbolistas para ejercer de tupida alfombra con la que soterrar todas las miserias de estos aprendices que tres años después siguen siéndolo.
Pero el Betis está muy vivo. El club, porque se guarda los sacos de millones de Emana y Beñat y obliga a Stosic y los suyos a hacer ingeniería financiera con los fichajes -debería ser futbolística-, y el equipo, porque está en buenas manos. Mel sigue exprimiendo a Rubén Castro y Jorge Molina, ha recuperado a Matilla, aprovecha al máximo a unos centrales medianos en otros equipos... Y lo que hará con Nosa y, sobre todo, con Lolo Reyes en cuanto tenga oportunidad en este cuarto proyecto.
Éste es el Betis. Un equipo europeo, sí, pero sin que nadie se engañe. Inferior por plantilla a Barcelona, Real Madrid, Atlético, Real Sociedad, Valencia, Athletic, Sevilla, Málaga y Villarreal. Nueve equipos, media liga. Y el que quiera pensar que en este partido que empieza hoy y acaba mañana lo tiene todo hecho frente al Celta, no sabe de qué está hablando.
Argumentos los habrá a favor y en contra. Los dos partidos de esta temporada han mostrado esas dos caras de Jano que subyacen en el Betis: partidazo con derrota frente al coloso Madrid y victoria para eludir la vergüenza frente a un equipo menor. ¿Qué Betis se verá esta noche? Quizá esa duda incluso se halle impregnada en los tuétanos de Mel.
El Celta, con Luis Enrique al mando de las operaciones, es una incógnita, un equipo en construcción que ha desterrado el habitual 4-4-2 del pusilánime y nunca bien ponderado Paco Herrera (hay que tener mala leche para ser entrenador de élite) en pos de un 4-3-3 en el que el ex barcelonista pretende incrustar a Krohn-Dehli como interior junto a Álex López. Algo similar a lo que Mel se ha visto obligado con la nueva configuración de una plantilla quizá más compensada pero en la que nadie duda de que Beñat, Campbell y Pabón, como pocos, serían titulares hoy.
Así, en las pizarras la equidad será máxima. Si Mel siempre fue bien visto en Barcelona por aplicar cánones similares a los azulgrana, ahora se enfrenta a una cuña de la Masía que pretende relanzarse con el Celta y al que un torpe silencio agosteño le pudiera pesar si no le van las cosas bien. Seamos serios: Luis Enrique no está aún para el Barça tras su fracaso en Roma y debió atajar los rumores que lo situaron en un banquillo que con los años, posiblemente, hollará.
No es la idea presente de Mel, al que no le echan cuenta en el día a día del club pero sin el que saben que éste no puede andar, de ahí ese contrato casi perpetuo. Pero es que es lo único consuela de verdad a los béticos...
Hoy, segunda jornada de Liga, ya tiene el lío montado. Jorge Molina anda en dos cilindros, Rubén Castro está para unos minutitos y a Braian o no lo ve aún o no acaba de verlo. El caso es que si el alcoyano no fuese hoy de la partida, el cambio en el sistema podría ser drástico para dar entrada a Chuli y optar, descaradamente, por la velocidad.
Salvando esa línea de ataque, y la gran duda en la portería -el guardameta que no juegue esta noche, lo hará el jueves-, el resto del equipo será idéntico al que se midió al Real Madrid, ya que ninguno de los suplentes ha dado, a la fecha, un paso al frente, más bien al contrario.
Las armas, frente a un Celta que podría pretender lo mismo, se basarán en el máximo control del balón, en la presión adelantada cuando la tenga el rival y en tratar de combinar ataques y contraataques hasta generar dudas en el rival.
Pese a todo, las incógnitas se ciernen sobre un partido entre un equipo nuevo, el Celta, y otro con el mismo entrenador pero con mucho mimbre nuevo y que a la fecha ha dado una de cal y otra de arena. La clave podría residir en que los verdiblancos están más obligados tras comenzar perdiendo ante un equipo vigués que suma un punto.
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