La búsqueda de su identidad

Mel cambia de sistema hasta en tres ocasiones en apenas tres jornadas. El equipo verdiblanco ha empleado ya a 22 jugadores, el que más de Primera con un encuentro menos.

Pepe Mel observa el entrenamiento de ayer del equipo verdiblanco.
Pepe Mel observa el entrenamiento de ayer del equipo verdiblanco.
Samuel Silva / Sevilla

19 de septiembre 2012 - 05:02

El triunfo ante el Valladolid, el segundo como visitante, devuelve cierta tranquilidad a un equipo que se pasó 23 días sin competir, con todo lo que implica en un comienzo de temporada, pero no ha despejado aún la incógnita de qué Betis viene elaborando Pepe Mel con los elementos que le ha puesto la dirección deportiva. De hecho, el cuadro verdiblanco es el que más jugadores ha empleado de todo el campeonato, con un total de 22, acumulando una jornada menos que el resto por ese encuentro aplazado ante el Atlético, lo que ya señala esas probaturas que viene realizando el técnico, después de una pretemporada con un once más o menos definido.

Y es que lo mejor de este Betis, además de los seis puntos que lo colocan como séptimo clasificado, continúa pasando hasta ahora por las botas de Rubén Castro, con dos goles en dos encuentros, y Beñat, quien incluso sigue creciendo como un centrocampista de altos vuelos. Alrededor de sus dos principales jugadores, Mel continúa sin encontrar una fórmula que le permita controlar los partidos, aunque ese Betis camaleónico ya bastó para cumplir su objetivo la pasada temporada.

La primera petición de Mel, incluso antes de acabar la pasada Liga, a la dirección deportiva se encaminó a reforzar las bandas, después de que acabase la temporada con un 4-4-2 donde en las alas aparecieron jugadores como Pozuelo, Jonathan Pereira o el mismo Rubén Castro, que no eran precisamente extremos específicos. Por ese motivo, la dirección deportiva firmó a Agra, que ya estaba fichado desde enero, Juan Carlos y Joel Campbell, siendo los dos primeros titulares en las dos primeras jornadas, como ya ensayó el técnico durante toda la pretemporada. Pero el traspié ante el Rayo Vallecano, y las deficiencias exhibidas ese día, han llevado a Mel a variar su libreta, como se comprobó en Valladolid, donde los extremos perdieron importancia en su esquema.

Ante el conjunto pucelano, el preparador verdiblanco no sólo cambió a seis titulares con respecto al partido anterior, habiendo utilizado ya a 17 jugadores diferentes desde el inicio, sino que varió el dibujo táctico de su equipo hasta en dos ocasiones. Para empezar, la entrada de Nono en el lugar de Juan Carlos devolvió al equipo bético a ese 1-4-4-2 asimétrico que ya apareciera la pasada temporada con Salva Sevilla escorado a una banda, algo que tampoco permitió que el Betis controlase el balón, aunque sí mantuvo ese peligro al contragolpe que ya lo llevó a la victoria en San Mamés. Con la entrada de Igiebor, Mel colocó a su equipo en un 1-4-2-3-1 con el que ya finalizaría el encuentro, pese a las entradas de Álex Martínez y Jonathan Pereira. Con ese planteamiento el equipo bético se cerró mejor por dentro, aunque perdió capacidad ofensiva, quizá en parte a esos resbalones del mediapunta nigeriano.

Con todas estas variaciones, Mel ya ha utilizado a 22 de los 26 jugadores con los que trabaja habitualmente -a las 25 fichas del primer equipo se añade Nono con dorsal del filial-, más que ningún otro equipo del campeonato. Únicamente Sevilla, Levante, Málaga y Celta se acercan con 20 jugadores empleados, aunque estos cuatro equipos han disputado un encuentro más que el verdiblanco. De esta forma, únicamente Perquis, Ángel, los dos refuerzos que se incorporaron más tarde a la disciplina bética, Adrián, el tercer portero del equipo, y Salva Sevilla faltan por estrenarse en el campeonato liguero.

Nada más terminar el encuentro ante el Valladolid, Mel resaltó la importancia de sumar seis puntos en tres partidos, a la vez que apuntó a las ocasiones de gol generadas por su equipo como visitante. Y es que lo más positivo del Betis a estas alturas vuelve a pasar por esa capacidad de ganar partidos que ya demostró la temporada pasada, aunque por ahora no se vislumbra un plan definido, ni de sistemas ni de jugadores. Mel maneja varios métodos, con bandas y sin las mismas, pero todavía no ha encontrado esa fórmula que permita un Betis reconocible y con ese control de juego necesario para evitar un contratiempo inesperado.

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