Un colegio maldito

Brenes Instalaciones peligrosas en centros educativos

La antena de telefonía móvil instalada en una escuela podría ser la causante de que 100 vecinos padezcan cáncer

Isabel María Gómez, una antigua alumna del colegio que superó el cáncer, junto a la antena de telefonía.
Isabel María Gómez, una antigua alumna del colegio que superó el cáncer, junto a la antena de telefonía.
Fernando Pérez Ávila

18 de enero 2010 - 05:01

Miedo. Al cáncer, a la muerte, a que cualquier día se detecte otro caso más en un niño, a que mañana la enfermedad acabe con otro vecino, a que la antena a la que culpan de todo siga sin retirarse... Dos niños enfermos, otro muerto y más de cien personas que padecen algún tipo de cáncer en apenas tres manzanas parece una proporción demasiado alta. Tanto que hasta en el hospital se extrañan y los médicos preguntan a cada nuevo enfermo si es vecino de Brenes.

Los afectados culpan a una antena repetidora de telefonía móvil instalada dentro del patio del colegio Manuel de Falla de este municipio de la vega del Guadalquivir. En el centro hay dos alumnos que padecen cáncer, uno en el ojo y el otro de tiroides, otro niño falleció de muerte súbita sin que nadie haya dado una explicación a la familia y una joven que estudió en el colegio acaba de superar un cáncer linfático. Entre padres, profesores y vecinos hay más de cien casos.

"Lo que pasa aquí no es normal. No entendemos que haya una antena en el mismo patio del colegio. Sólo queremos que la quiten de aquí y la coloquen en otro sitio. No estamos contra la telefonía móvil, lo único que no queremos es que nos maten a nuestros hijos". Quien así habla es Caridad Magro, madre de uno de los afectados por la enfermedad. Ha enviado cartas al Defensor del Pueblo, al Defensor del Menor, al Ayuntamiento, a la Junta, a los directores de los periódicos, a todo aquel que quiera escucharla. Pero de momento lo único que ha conseguido es dar a conocer el problema.

Lo peor, dicen, es que no hay una antena sino tres. Otros dos dispositivos repetidores se encuentran en un área de unos 200 metros en torno al colegio. "Es un triángulo maldito", dice Juan Gómez, un vecino en cuya familia se han dado varios casos.

En el barrio es difícil encontrar una familia en la que todos sus miembros estén sanos. "Mi padre murió en cuatro meses", "en mi casa somos cinco y tres padecen la enfermedad", "en este bloque hay tres personas enfermas", son las respuestas que uno recibe cuando pregunta por el asunto.

Además del cáncer, han proliferado los casos de enfermedades relacionadas con el tiroides. "En el hospital Macarena nos preguntan si somos de Brenes. No es normal esto, estamos muriendo aquí y nadie hace nada por acabar con esto", dice otra joven en cuya familia hay tres enfermos.

Isabel María Gómez, de 18 años, es la joven que superó la enfermedad. Le detectaron un cáncer linfático a los 16. "Era una edad muy delicada. Me dieron quimio, se me cayó todo el pelo, no salía con los amigos, estaba en casa todo el día, perdí un año de clases…", explica. Su madre recuerda que no tenía demasiadas esperanzas de vida. "Ver a tu hija vomitando en el suelo y sin fuerzas para nada no es nada agradable".

Uno de los alumnos ha perdido la visión en el ojo después de que se le detectara un radiosarcoma. El otro, con cinco años, tuvo que ser intervenido para una tiroidectomía y para vaciarle los ganglios en varias zonas de su cuerpo. Un tercer estudiante murió hace unos meses. La causa oficial fue una muerte súbita, pero el asunto está siendo investigado por un juzgado y no ha trascendido nada sobre qué provocó el fallecimiento. Entre los profesores hay casos de cáncer de mama, leucemia y enfermedades degenerativas.

La antena del patio se instaló en el año 2001. Hasta hace unos meses los niños podían acceder a ella, tocarla e incluso encaramarse en ella, pero ahora ha sido protegida con un muro. El Ayuntamiento elaboró una ordenanza municipal en 2002 que prohibía la instalación de estos sistemas junto a zonas residenciales, aunque poco pudo hacer por aquel entonces. Al ser posterior a la colocación de la antena no pudo retirarse inmediatamente. El asunto está en los tribunales, pero son ya ocho años de lucha y demasiadas muertes en el barrio.

"Mientras deciden los juzgados se debería parar el funcionamiento de la antena, que tiene 20 repetidores", explica Caridad Magro. "El Ayuntamiento nos está respaldando y tiene abiertas dos causas, en el juzgado de Instrucción 1 de Lora y en el 7 de Sevilla. La Junta, sin embargo, no nos responde. Nos hemos dirigido al delegado de Educación, pero seguimos esperando una respuesta".

Desesperados, los vecinos de este barrio de Brenes se han planteado la posibilidad de acampar de manera indefinida ante la sede de Telefónica en Madrid. "No podemos exponer más a nuestros hijos a que pasen cinco horas de cinco días a la semana junto a esta antena. No es justo".

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