Jugando de local y de visitante

La Asociación de Cronistas e Investigadores Locales ha celebrado su décimo aniversario Hay un catedrático de Historia, un cartero, maestros de escuela y hasta un ex alcalde

Cronistas e investigadores locales, el pasado viernes en la Fundación Cruzcampo.
Cronistas e investigadores locales, el pasado viernes en la Fundación Cruzcampo.
Francisco Correal

26 de mayo 2013 - 05:01

Poco más de un 10% de los 105 municipios de la provincia de Sevilla tienen cronista oficial. Y sólo cuatro de ellos -los de Arahal, Dos Hermanas, Cañada Rosal y Carrión de los Céspedes- están integrados en la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales. Antonio Luis Galiano, presidente de dicha asociación y cronista oficial de la villa de Orihuela, destaca la pobre presencia de Sevilla a diferencia de Córdoba y Jaén. "En esas provincias hay mucha más tradición de cronistas", dice José Antonio Fílter, cronista desde 1983 de Cañada Rosal, cuando era pedanía de La Luisiana, y presidente de Ascil (Asociación Sevillana de Cronistas e Investigadores Locales), que el viernes celebró en la Fundación Cruzcampo el décimo aniversario de su constitución.

El perfil de cronistas e investigadores no es homogéneo. Los hay catedráticos, como Manuel García Fernández, de Carrión de los Céspedes, que reivindica al cronista como exégeta "y no bohemio coleccionista de anécdotas", y los hay maestros de escuela, como Rafael Hinojosa, que antes que cronista oficial de La Campana fue primer alcalde democrático de esta población de la Campiña. "Estuve dos mandatos con el Partido Comunista y en los dos sacamos el mismo número de votos, 1.452".

García Fernández atribuye a la escuela francesa de los Annales, a la transición democrática y al boom historiográfico local el incremento de estos estudios. Puede uno encontrarse con Evaristo Ortega, octogenario, antiguo cartero y emigrante a Alemania, cronista de Castilleja de Guzmán y Valencina de la Concepción, o a los jóvenes investigadores Bartolomé Miranda (nacido en 1977) o José María Alcántara (1978), a los que García Fernández dirige sendas tesis sobre las órdenes militares y la frontera de Granada en los últimos borgollones, respectivamente.

Jorge Alberto Jordán, investigador de Estepa, es tesorero de la asociación y coordina la revista Anuario de Estudios Locales. Francisco Díaz Morillo, ex alcalde de Villamanrique y delegado provincial de Cultura, Educación y Deporte, exige quitarle la pátina de "costumbrista y folclórico" a esta materia, "historia con mayúsculas con los miedos, las miserias y las vanidades", dice García Fernández citando a León Carlos Álvarez Santaló.

La Asociación de Cronistas e Investigadores premió entre seis trabajos presentados el de Carlos Francisco Nogales, 40 años, sobre la parroquia de Nuestra Señora de la Consolación de Aznalcóllar. Investigó en el Archivo del Palacio Arzobispal, en los municipales de Aznalcóllar y Sanlúcar la Mayor y hasta fue a Londres, a la British Library, a cotejar unos datos sobre minas. Pero no vive de la historia, sino de impartir clases de conocer Sevilla y de baile de salón para los distritos.

La investigación vence fronteras aldeanas. José Luis Caro, investigador local de la Sierra Sur, tiene despachos como asesor fiscal en El Rubio (Sevilla) y en Sierra Yeguas (Málaga), muy cerca de Marinaleda, pueblo sin cronista y el que más sale en las crónicas de medio mundo. La Virgen del Rosario es patrona de Santiponce, Burguillos, Brenes, Las Pajanosas y Marchena. Carlos Romero Mensaque, profesor de Historia de la UNED, ha investigado la devoción del Rosario en toda la provincia.

Hay investigadores que están a mitad de camino entre dos localidades. Ángel Luis Torres, extremeño de cuna, tiene el corazón dividido entre los dos pueblos donde ejerció el Magisterio, Cantillana y Villanueva del Río y Minas, que tiene cronista oficial, Pepe Hinojos, y aporta un fotógrafo que trabaja para toda la asociación, Antonio Céspedes.

La Asociación ha organizado once jornadas de historia, implicó a las casas de la Cultura de 22 municipios y tiene abundante historiografía sobre la Banda Morisca. Gentilicio que se quedó para los nacidos en La Puebla de Cazalla, que tiene como cronista a José Cabello. Olivares, topónimo unido a un conde-duque y a un libro de John H. Elliot, aporta tres investigadores: Fernando García, Basilio Rodríguez y Salud Cotán.

Crónicas de un pueblo. No son menos importantes que las de la capital. En la población de Madrid cabría casi un millar de veces la de La Campana, pero a Alberto Isardo, madrileño de pura cepa, no le importó cambiar de aires. "En El Rocío, con unos amigos de Jerez, oí hablar de La Campana. Cuando me jubilé en el banco, me fui para allá". ¿Renunció al Prado y al Retiro? "Renuncié al estrés. Me fui con mi mujer y mi hija, que ya me ha dado un nieto campanero. Mi hijo tampoco aguantaba Madrid y se fue a un pueblo de Cuenca".

José Zurita, de Villamanrique, es de los decanos del gremio. Poblaciones importantes como Écija o Los Palacios estaban representadas por Juan Méndez y Julio Mayo. Fílter vio su pedanía convertida en municipio. Conserva el apellido germano de los repobladores, vive en la calle Dresde de Sevilla y es profesor en los Padres Blancos. Julio Cuesta hizo de anfitrión. "Aquí no van a venir más fábricas de aviones ni de cerveza. Nuestra única industria es nuestro pasado, la cultura y el patrimonio".

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