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Sara López dio a luz ayer a una niña en el Hospital Nuestra Señora de Valme, adonde fue llevada después de que se le adelantara el parto. La mujer acusada de congelar a dos bebés en su casa de Pilas estaba embarazada de casi ocho meses, un estado de gestación que había conseguido ocultar a sus familiares, al juez y a los guardias civiles que la detuvieron tras el hallazgo del primer bebé congelado. Su embarazo no trascendió hasta el hallazgo del segundo bebé en otro congelador de la vivienda, el pasado martes 27 de noviembre.
La presunta parricida salía de cuentas a finales de año, pero el parto se le ha adelantado. En ello ha podido influir el ajetreo al que ha tenido que someterse estos días, ya que entre el martes y el jueves ha estado presente en todos los registros practicados por la Guardia Civil en Pilas y en los juzgados de Sanlúcar la Mayor, siendo trasladada desde la cárcel hasta los distintos lugares en ambulancia. La recién nacida ha sido separada ya de su madre y trasladada al departamento de neonatos, mientras que Sara está custodiada por la Guardia Civil en el área de ginecología.
Tras tener conocimiento del embarazo, el juez de Instrucción 3 de Sanlúcar la Mayor celebró una vista para acordar a quién otorgaba la guarda y custodia del bebé. En ella, el marido de la presunta parricida, Francisco Antonio H. L., solicitó quedarse con el futuro niño, mientras que Sara pidió al juez que lo entregara a su madre por miedo a su marido. El magistrado decidió un día después otorgar la custodia del menor al padre, tal como había pedido también la Fiscalía.
Este viernes se conoció además el avance de la autopsia al bebé hallado el martes en el arcón congelador de la casa del número 51 de la calle Beatriz de Cabrera de Pilas. Los forenses acreditaron que este niño, al igual que el primero, también había nacido vivo. De esta manera confirmaron las primeras impresiones de los investigadores, ya que el menor presentaba las mismas formas, postura y color que el primero. El avance de la autopsia también confirmó que ambos menores no son mellizos y nacieron en partos distintos. Habrá que esperar aún unos días para conocer cuánto tiempo pasó este segundo bebé en el congelador.
Del primero se supo que estuvo al menos 17 meses en uno de los cajones de la nevera de un frigorífico convencional. La presunta parricida admitió que el hijo era suyo, si bien negó que hubiera nacido con vida. Según su versión, el bebé nació muerto y decidió congelarlo para conservarlo y no separarse de él. Del segundo niño, en cambio, Sara López asegura que no recuerda nada ni del parto ni del embarazo. Las pruebas de ADN confirmarán en los próximos días si es hijo de ella.
La autopsia se practicó el jueves en el Instituto de Medicina Legal de Sevilla. Los forenses han tenido que esperar dos días para realizar esta prueba dado el estado de congelación que presentaba el cadáver. En el levantamiento del mismo, la Guardia Civil garantizó que no se rompiera la cadena de frío para que el cuerpo llegara a la autopsia en las mismas condiciones de rigidez, color, textura y formas en que se encontró.
Por ello, los restos del bebé fueron sacados de la casa en una nevera portátil. En el caso de que el cuerpo se descongelara en el camino, podría perderse una información esencial, ya que cambiaría desde la forma hasta el volumen, de manera que podrían también desaparecer incluso posibles muestras adheridas a la carne, si las hubiera.
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