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Ana María F. G, la mujer de 26 años asesinada el pasado fin de semana en Estepa, pudo pasar dos días muerta en su casa antes de que fuera encontrada. La víctima sólo presentaba una herida por arma blanca que le seccionaba el cuello y le causó la muerte de manera instantánea. No tenía puñaladas por todo el cuerpo, como se informó en un principio tras el hallazgo del cadáver. El presunto autor del crimen, Miguel Ángel Rodríguez, de 20 años, permanece hospitalizado bajo custodia policial tras haberse intentado quitar la vida después de acabar con su novia.
El presunto asesino se arrojó a una cantera situada a unos cuatro kilómetros de Estepa. Se lanzó desde una altura de entre cuatro y cinco metros con intención de quitarse la vida. Sin embargo, al no haber una altura suficiente, el joven se fracturó una pierna y logró llegar arrastrándose hasta una carretera cercana, donde un conductor lo auxilió a primera hora de la mañana del lunes. El criminal fue trasladado hasta el centro de salud de Estepa y de ahí fue derivado al Hospital de la Merced de Osuna, donde confesó que había matado a su pareja.
Familiares de ésta habían denunciado verbalmente su desaparición a la Guardia Civil, que se desplazó tras la confesión del autor del crimen a la vivienda que ambos compartían, en el número 8 de la calle Los Granados. Allí, los agentes encontraron a la mujer degollada. La Guardia Civil investiga ahora si el crimen se produjo la noche del sábado al domingo o la del viernes al sábado, algo que determinarán los resultados de la autopsia practicada al cadáver de la joven asesinada.
El equipo de la Mujer Menor (Emume) del instituto armado es la unidad que está realizando la investigación de lo ocurrido. La intención de los responsables de la misma es la de poner este miércoles a disposición del juzgado de Estepa al presunto autor del crimen, si bien esto puede sufrir cambios en función del estado de salud en el que se encuentre este joven.
El funeral de la víctima se celebró a las cuatro de la tarde de este martes en la iglesia de San Sebastián de Estepa. Tanto ella como su agresor eran personas conocidas en el municipio. Los padres de él regentan un supermercado y ella tiene varios familiares en la Policía Local y en la Guardia Civil. Algunos vecinos han destacado que la pareja tenía problemas relacionados con el consumo de drogas.
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