Fernando Faces

La capitalización de las cajas

Análisis

El Banco de España, en un acto insólito de máxima transparencia, se hace responsable ante los mercados de la objetividad de los datos de solvencia · La reestructuración del sector financiero está aún lejos del fin

12 de marzo 2011 - 01:00

CON la aprobación del Real Decreto Ley 2/2011 sobre el reforzamiento del Sistema Financiero y la comunicación del Banco de España de la solvencia y necesidades adicionales de capital de bancos y cajas, concluye la tercera fase del complejo y tortuoso proceso de reestructuración y saneamiento del Sistema Financiero español. Las nuevas necesidades de capital de 15.152 millones de euros, 14.077 de las cajas y 1.075 de los bancos, son muy inferiores a las estimaciones iniciales del Banco de España y muy alejadas de las realizadas por otras agencias y bancos de inversión, que las situaban en una horquilla de 40.000 a 150.000 millones de euros. Son 12 entidades financieras las que necesitan aumentar su capital para cumplir con los nuevos requisitos exigidos por el Banco de España: ocho cajas y cuatros bancos.

Cabe preguntarse a qué es debido la notable diferencia existente entre las estimaciones del Banco de España y las agencias de calificación, y a cual de ellas debemos de dar más credibilidad. En principio, no debemos de cuestionar la credibilidad del Banco de España, ya que ha dispuesto de balances auditados, de la información adicional de los servicios de inspección y de la colaboración de las firmas auditoras. Desde este punto de vista, el Banco de España dispone de una información más completa, cercana y objetiva que la que puedan tener las agencias y los bancos de inversión.

El Banco de España al comunicar sus propias estimaciones, individualizadas entidad por entidad, en un acto insólito de máxima transparencia, se hace también responsable ante los mercados financieros de la objetividad de dicha información. No obstante, es muy probable que los mercados financieros den más credibilidad a las agencias de calificación que al Banco de España, a la vista de los errores cometidos por este último en sus actuaciones sobre Cajasur y CCM. Las diferencias entre la reciente estimación de Moody's (40.000 millones de euros) y las realizadas por el Banco de España están totalmente justificadas. Las necesidades de capital adicional estimadas por el Banco de España son el resultado de un análisis a "foto fija" sobre el balance de las entidades, sin tener en cuenta la previsible evolución de los balances en los próximos años. Por el contrario, las estimaciones de Moody's vienen derivadas de un análisis dinámico, con la perspectiva de un previsible futuro de nuestra economía de bajo crecimiento o estancamiento, caída del volumen de negocio, aumento de la morosidad y creciente deterioro de los activos inmobiliarios. Una estimación, esta última, próxima a la que podría resultar de la prueba de estrés que se realizarán por la autoridad monetaria europea en junio. Son, por lo tanto, estimaciones distintas y compatibles.

El valor de la estimación de la solvencia y necesidades de capital realizada por el Banco de España tiene el doble interés de que abarca a todo el sector financiero y que, además, se hace de manera individualizada. Es la primera vez que el Banco de España hace tan extraordinario ejercicio de transparencia, muy por encima del resto de los bancos centrales europeos. La reacción de las bolsas al día siguiente de la comunicación ha sido neutral. El Íbex se ha mantenido estable, y las cotizaciones de los bancos se han mantenido, lo cual quiere decir que ambas informaciones, la de Moody's y la del Banco de España, se han visto compensadas y que los inversores siguen expectantes a la espera de las pruebas de esfuerzo de la banca europea que se realizarán en junio.

Los mercados financieros aplauden las mayores exigencias de capital impuestas a las entidades financieras españolas pero, al mismo tiempo, siguen desconfiando de la composición y saneamiento de sus balances. La transparencia total sigue siendo nuestra signatura pendiente. Hubiera sido deseable que el Banco de España, con la información disponible de sus servicios de inspección y la ayuda de auditorias inmobiliarias, hubiera dado una información más detallada sobre las minusvalías de la cartera crediticia inmobiliaria y de los activos adjudicados, así como de las pérdidas esperadas y de la suficiencia de las coberturas. Sin esta información, sea cual fuere el nivel de capital exigido, es muy previsible que los mercados financieros sigan desconfiando de nuestras entidades.

Las entidades deficitarias de capital tienen 15 días para presentar un plan de recapitalización al Banco de España. Las alternativas de reforzamiento de su solvencia son: la apelación a las bolsas vía emisión de acciones, la venta de activos y la reducción del crédito. Son alternativas complementarias y es muy posible que se aborden todas a la vez. Las necesidades iniciales de capital detectadas son bajas y es previsible que a final de año queden cubiertas por la mayoría de las entidades, a pesar de las dificultades de la apelación y concurrencia simultánea de bancos, cajas y sector público, en un contexto todavía de desconfianza e inestabilidad de los mercados financieros.

Los dos grupos financieros, Banca Cívica y Mare Nostrum, en los que se han integrado las cajas andaluzas, Cajasol y Cajagranada, tienen unas necesidades adicionales de capital de 847 y 637 millones de euros, respectivamente, para alcanzar el 10% de coeficiente de capital sobre sus activos ponderados por riesgo. Ambas entidades ya han tomado acuerdos en sus respectivos consejos para colocar en bolsa entre el 20% y 25% de su capital, en cuyo caso las exigencias de solvencia se reducirían al 8%. Por lo tanto, es previsible que a final de año, combinando todas las alternativas de mejora de solvencia disponibles, sobrepasen ampliamente las exigencias del Banco de España. Por otra parte, Unicaja, a día de hoy, ya cumple ampliamente la solvencia exigida.

De lo que todavía no se ha hablado, y que para los inversores es fundamental, es del nuevo modelo de negocio que tendrán que implantar las cajas en la próxima década, en un nuevo escenario en el que sus principales segmentos de mercado, el negocio inmobiliario y la financiación de las familias, permanecerán estancados, con una morosidad todavía creciente y un contexto de extremada competencia. Acceder a nuevos segmentos de mercado, como son la mediana y gran empresa, sin la suficiente experiencia y dominados por la banca, no va a ser fácil.

Con un mercado doméstico saturado, estancado y con exceso de oferta, la búsqueda de nuevos mercados exteriores y la internacionalización de los bancos-cajas parece inevitable, pero para ello será necesario una mayor dimensión y como consecuencia una mayor concentración y una segunda vuelta en los procesos de fusión de cajas. La reestructuración del sistema financiero español todavía no ha concluido.

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