Carlos Colón

Sevilla como litoral devastado

La ciudad y los días

14 de septiembre 2010 - 01:00

APLIQUEN a Sevilla lo que sobre el litoral decía en nuestro periódico Miguel Ángel Losada, director del Centro Andaluz del Medio Ambiente, y tendrán una descripción exacta de los daños producidos por un concepto erróneo de modernidad y progreso idéntico bajo la dictadura y la democracia. Tras evocar las playas salvajes de su infancia, le pregunta Charo F. Cotta: "Ahora lo salvaje es el urbanismo, ¿no cree?". Y Losada contesta: "Duele reconocer lo que se ha dejado atrás, lo que hemos perdido y que nunca volverá a ser; y no encontrar respuesta a las preguntas ¿por qué?, ¿para qué?, ¿ha compensado pagar este peaje?". Tener memoria o ver fotografías de la Sevilla de hasta principios de los años 60 provoca un dolor y plantea unas preguntas que tienen idéntica respuesta: "Irresponsabilidad… Que todo valga con tal de generar una supuesta riqueza". En nuestro caso lo de la supuesta generación de riqueza valdría para el franquismo; porque ahora, además de estética y patrimonialmente, se arruina económicamente la ciudad con engendros como las setas, que duplican su presupuesto hasta alcanzar los cien millones de euros, a los que se suman los 3,6 millones que se pagarán a Sacyr por el alquiler del edificio de Hacienda.

Cuando se le pregunta a qué equipararía el deterioro de las costas, Losada contesta: "A un suicidio social, una pesadilla que ojalá nunca hubiese ocurrido, la destrucción de algo único e irrepetible". Buen resumen de lo sucedido en Sevilla en el último medio siglo, desde que todo se inició con los pisos de la calle Imagen hasta que todo se consuma allí con las setas. Suicidio social es destruir lo único e irrepetible, privar a una ciudad de su memoria cotidiana, arrancarle su corazón histórico, despojarla de los referentes que hacen ciudadanía y convertirla en un contenedor sin capacidad de acogimiento. Losada se refiere a la naturaleza; yo, a esa segunda naturaleza que para Marx era la cultura.

"Cuando veo un acantilado ocupado por unas construcciones, calculo (con amargura) los años que les queda a las viviendas antes de deslizarse hacia el mar", dice Losada. Cuando veo lo que se ha hecho y está haciendo (o dejando de hacer) en el centro y los barrios, pienso en los años que les queda a sus habitantes antes de deslizarse en la marginalidad, en unos casos, el desarraigo de toda cultura, en otros, y la apatía cívica, en todos. Preguntado por la corrupción como causa de este deterioro, Losada afirma: "Corrupción no es sólo saltarse las leyes para enriquecerse, sino ignorar principios básicos: éticos, ambientales, sociales". Aplíquese a Sevilla.

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