Los hijos son de la pareja

La esquina

31 de mayo 2010 - 01:00

ES paradójico, pero al Ministerio de Igualdad de Bibiana Aído se le han adelantado en materia de avance igualitario hombre-mujer la Comunidad Autónoma de Aragón y las Juntas Generales de Vizcaya. Pronto lo hará Valencia. Los tres han legislado primando la custodia compartida de los hijos a raíz del divorcio de la pareja.

Verán. El Código Civil vigente considera excepcional que la guarda y custodia de los hijos en casos de divorcio se atribuya al padre y a la madre cuando no existe acuerdo entre ambos y autoriza a los jueces a concederla sólo si el fiscal informa a favor. Aunque parezca increíble, el Código asume sin más la tradición: los hijos quedan a cargo de la madre, igual que la vivienda común. El padre es alejado del hogar y obligado a pasar una pensión de alimentos para los hijos.

De hecho, cada año se divorcian en España una media de cien mil parejas y sólo a un 5% de ellas se les otorga la custodia compartida. No puede haber nada menos igualitario. Parece que así se favorece a la mujer, pero ¿qué pasa cuando los hijos se emancipan y abandonan la casa familiar? Pues que la mujer pierde el derecho a la pensión alimenticia y también puede verse privada de la vivienda, lo cual constituye un grave perjuicio, ya que muchas veces la mujer, tras un divorcio más o menos traumático, abandona su vida profesional para cuidar a los niños. Se puede encontrar sin hijos, ya mayores, sin oficio ni ingresos y con la mitad de la casa en manos del ex cónyuge.

De modo que la legislación, pretendidamente protectora de la mujer, la desampara a la larga. En realidad es una normativa más bien machista, construida sobre una concepción tradicional de la familia en la que el hombre trabaja fuera del hogar y la mujer se dedica al cuidado del mismo y la crianza de los hijos. La creciente incorporación femenina al mundo laboral exige un nuevo tipo de relaciones familiares, con más equidad en el reparto de las tareas domésticas. Pero a la vez que machista el Código agravia al hombre, puesto que tiende a privarle de la responsabilidad sobre la casa y los hijos. "Los niños deben estar con sus madres", resume el tópico. ¿Por qué?, hay que preguntarse mirando a la familia del siglo XXI. Tampoco creo que a los niños les convenga estar siempre con uno de sus padres (la madre) y tener al otro (el padre) como visitante de fin de semana. Eso estropea con frecuencia su estabilidad emocional y enturbia los vínculos afectivos con uno o con los dos progenitores.

No sé a qué espera Bibiana para copiar a los aragoneses y modificar la ley para que la custodia compartida sea la opción preferente y la monopolizada por la madre sea la excepcional, según circunstancias. Debe estar entretenida en igualdades más llamativas.

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