¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Capitanía y los “contenedores culturales”
La ventana
PUEDE ya ponerse como se ponga el torero más encopetado que el 16 de mayo hay minuto de silencio en Las Ventas. Es el aniversario de la muerte en Talavera del que dice la historia fue el más grande de los toreros, José Gómez Gallito, y no caben apelaciones, quien manda manda y cartuchos al cañón. En San Isidro del 68 pretendió Curro Romero que no se cumpliese con el rito, le dijeron que no y luego un toro de Atanasio le pegó una cornada. ¿Algo que ver una cosa con la otra? Quién sabe. El otro día sí le hicieron caso a Morante para que no se recordase a Paquirri en el vigésimo quinto aniversario de su muerte en Pozoblanco y las opiniones han fluido mayoritariamente en contra de esa postura. Quizá no debiera ser el torero quien tuviese la última palabra en estas cuestiones, sobre todo cuando se trata de darle sitio a hombres que con su sangre llenaron de verdad una fiesta en la que se muere de verdad.
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