La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
La tribuna
EN la actualidad se encuentra en proceso de elaboración un nuevo marco normativo que regulará las enseñanzas de Bachillerato que cursarán los alumnos andaluces durante los próximos años. Una adecuada formación económica es clave en una sociedad contemporánea que tiene uno de sus ejes fundamentales en la información de carácter económico y en la que sus ciudadanos realizan a diario continuas actividades de este tipo, ya sea como consumidores, empleadores, empleados, contribuyentes, usuarios de servicios públicos, beneficiarios de prestaciones sociales, demandantes de servicios financieros o como votantes.
Además, el papel central que poseen los emprendedores en el desarrollo empresarial y en la dinamización y la modernización de la sociedad es reconocido en todos los documentos programáticos de los grandes proyectos de nuestro país: desde los acuerdos de concertación social hasta el propio Estatuto de Autonomía.
Por otra parte, un porcentaje muy elevado de universitarios cursan materias relacionadas con Economía y Administración de Empresas, directamente, o porque en sus planes de estudios encuentran contenidos relacionados con las mismas; algo equivalente se produce en la formación profesional en la que, además del alumnado de Administración, Comercio y Marketing o Turismo, los del resto de especialidades siguen enseñanzas transversales de contenido económico.
Esta realidad, sin embargo, no tiene un reflejo adecuado en el sistema educativo. La reciente regulación de la ESO, por ejemplo, ha dejado a las enseñanzas económicas como el único gran ámbito científico que no dispone de una materia específica durante la etapa obligatoria, con lo que un ciudadano puede finalizar sus estudios sin conocer aspectos esenciales de su entorno y sin disponer de unas bases suficientes para continuar su formación.
Por si fuera poco, los profesores de Economía de Andalucía son los únicos que no disponen de departamento propio en los institutos, con lo que no pueden participar en igualdad de oportunidades con el resto de las especialidades en la adopción de iniciativas pedagógicas; y todo ello cuando la mayor parte de las comunidades autónomas sí disponen ya de este órgano de coordinación didáctica.
En consecuencia, se hace necesario trasladar a las autoridades educativas andaluzas, que preparan en estos días el currículum del futuro Bachillerato, la necesidad de subsanar esta situación y hacer coherente las formulaciones programáticas que realizamos con los instrumentos de los que nos dotamos para lograrlas.
En primer lugar, hay que articular un itinerario económico-administrativo en el Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales, equiparable al existente en la mayoría de los países europeos, en el que Economía y Economía de la Empresa sean materias de modalidad de referencia, a fin de garantizar una adecuada preparación a los alumnos que deseen proseguir estudios relacionados con áreas que tienen gran sustantividad propia y que están presentes de modo transversal en toda la vida ciudadana, económica, empresarial e institucional de las sociedades.
En segundo lugar, es preciso establecer en el futuro currículum una regulación expresa y claramente diferenciada de la posibilidad de cursar Economía y Economía de la Empresa junto con Matemáticas I y II y las optativas referidas, con objeto de posibilitar el refuerzo de la formación matemática a futuros economistas y de potenciar los conocimientos económico-empresariales en los estudiantes que cursen posteriormente carreras técnicas.
Es imprescindible la creación inmediata del departamento didáctico de economía -que ya existe en la mayoría de las comunidades autónomas- en los institutos de Educación Secundaria de Andalucía, como eje sobre el que articular una organización eficaz de la enseñanza de la Economía en los institutos y la potenciación de la calidad en su impartición por profesorado especialista, en plena igualdad de condiciones con el resto de los docentes y de las especialidades del Bachillerato.
En las pruebas de acceso a la Universidad es necesario adecuar la ponderación de las materias económicas -actualmente la menor entre todas las posibles- a su importancia efectiva posterior y contemplar, en su futura reforma, la prioridad de los alumnos que han cursado Economía y Economía de la Empresa en Bachillerato para el acceso a las carreras de este ámbito científico.
Uno de los factores explicativos del crecimiento económico de las sociedades es el dinamismo empresarial, el aliento del espíritu emprendedor y el desarrollo del capital humano, y nuestras autoridades educativas deberían asumir claramente la importancia estratégica que los estudios de contenido económico tienen para configurar elementos estructurales que impulsen nuestro mayor bienestar futuro.
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