A un periodista singular en el día del Patrón

ENTRE las piezas periodísticas verdaderamente interesantes por frescura, gracia y dominio del lenguaje están las firmadas por Paco Correal, Paquiño en el siglo. Cuando sufrimos la mayor burocratización jamás vista en el periodismo patrio, cuando los papeles vienen atiborrados de anodinas convocatorias y de aburridos comunicados que dictan los distintos gabinetes de comunicación, toparse con un trabajo de Correal es como morder la figurita del roscón de Reyes. Premio ilusionante una entrevista, un reportaje o un artículo que empieza por Sanlúcar y que puede acabar por Mondragón, pero que entretiene y divierte para que sea como un oasis en el páramo que es ahora el panorama periodístico. Y hoy, que es San Francisco de Sales, patrón de los que todavía intentamos contar cosas en los papeles, parece el día indicado para reconocer a un periodista singular que, día a día, nos saca del tedio y nos divierte.