La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Objetivo, el Rey
El voleón
Ccomo hace dos temporadas, el dorsal 16, de tan profundo significado en el Sevilla Fútbol Club, puede quedarse sin dueño. A falta de tres días para el cierre del mercado, está libre, al igual que el dorsal 3. Y, salvo sorpresa de última hora, se quedará sin uso, lo cual es una dura paradoja en un club que tanto presume de cantera, porque puede hacerlo, y que tanto honra su pasado, porque quiere y debe. Si se confirma, será un vacío sintomático.
Ayer se cumplieron nueve años de la mayor tragedia que ha vivido el Sevilla, la pérdida de Antonio Puerta después de desvanecerse sobre el césped en el debut liguero ante el Getafe. Su fallecimiento tuvo una trascendencia social mucho mayor que el de Pedro Berruezo en 1973 por muchas circunstancias. La muerte del héroe que abrió la década prodigiosa con aquel zurdazo al Schalke 04, sirvió, entre otras cosas, para cerrar la guerra abierta entre Sevilla y Betis -aunque hay inquinas que no tienen cura-, además de para activar en los estadios españoles un protocolo de prevención contra paradas cardiorrespiratorias y muertes súbitas mucho más adecuado a los tiempos.
Sin frivolizar con el dolor de sus familiares, se puede afirmar que su muerte no fue en vano. Y la memoria del héroe de Nervión se mantiene intacta en los aficionados que lo recuerdan como aquel tenaz zurdo que iba para capitán del Sevilla. En el noveno aniversario de su muerte, verbigracia, ha habido un aluvión de mensajes honrándolo en las redes sociales.
Quizá ese vacío del dorsal 16 tenga más que ver con la realidad de un Sevilla en el que cada vez hay menos canteranos. Hace dos años, sólo Reyes ostentaba esta representación en el primer equipo. Esta campaña le corresponde el honor a Sergio Rico. La alta exigencia de un equipo que aspira a codearse con la élite europea y una gestión volcada hacia el mercado están detrás de este vacío sintomático del simbólico 16.
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