La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Los calentitos son economía productiva en Sevilla
La ciudad y los días
CONVERTIDO en el camarada director, Chaves Nogales siguió dirigiendo el periódico incautado por el Comité Obrero "hasta el momento en que el Gobierno de la República abandonó su puesto y se marchó a Valencia. Entonces abandoné yo el mío. Ni una hora antes ni una hora después". Tras su marcha el periódico se convirtió en el órgano de las Juventudes Socialistas Unificadas. En 1937 la Agrupación Profesional de Periodistas de la República acordó expulsarle de la profesión. Conviene no olvidar estas cosas. En 1944, habiendo ya fallecido, el franquismo le condenó a doce años de cárcel. Acertó huyendo de las dos Españas.
Con la lúcida capacidad de análisis de los sucesos presentes que hizo su genio periodístico -escribía sobre lo actual como si ya tuviera la perspectiva que sólo puede dar el tiempo, haciendo historia al hacer periodismo- escribió en 1937: "Me fui cuando tuve la íntima convicción de que todo estaba perdido y ya no había nada que salvar, cuando el terror no me dejaba vivir y la sangre me ahogaba. ¡Cuidado! En mi deserción pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid, como la que vertían los aviones de Franco, asesinando mujeres y niños inocentes. Y tanto o más miedo tenía a la barbarie de los moros, los bandidos del Tercio y los asesinos de la Falange, que a la de los analfabetos anarquistas y comunistas".
Esta era la solitaria postura de uno de los mejores escritores y el mejor periodista español del siglo XX. Pequeño burgués liberal y republicano, como se definió, Chaves Nogales pertenecía a la exigua tercera España democrática que fue ahogada en sangre por las dos Españas que luchaban a muerte para imponer una u otra dictadura. Murió hace 70 años. Vivirá mientras viva mi generación, que lo descubrió cuando Alianza publicó Juan Belmonte matador de toro" en 1970 y la Universidad de Sevilla, La ciudad en 1977. Vivirá para siempre gracias a la edición de su Obra Completa por la Diputación de Sevilla (1993-2001) y las más de 20 obras editadas por Almuzara, Espasa, Espuela de Plata, Renacimiento o Libros del Asteroide que hoy viven en las librerías. Este periódico nació en 1999 acogiéndose a su magisterio con la entrega de la edición facsímil de La ciudad. Dedicado a mi querida amiga y sonriente sevillana inglesa Pilar Chaves Pérez, joven nonagenaria hija de Manuel Chaves Nogales y Ana Pérez Ruiz.
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