Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Pronto encuentra el Sevilla su paliativo

16 de marzo 2014 - 01:00

SIEMPRE el fútbol te da de manera casi inmediata la posibilidad de cauterizar heridas por muy dolorosas y profundas que sean. Hoy, tres días después tan sólo, le llega al Sevilla el bálsamo que palíe los efectos de lo que pasó en Nervión la noche del jueves. Desde luego, la cornada fue gorda, pero tampoco definitiva y como, además, llega para esta tarde el paliativo, pues tampoco puede hacerse un drama de lo que fue un lance más del fútbol.

Están siendo especialmente crueles las consecuencias del 0-2 más doloroso que darse pueda con la figura del entrenador. El banquillo de Nervión suele ser especie de silla eléctrica para sus ocupantes. El mismo Juande, el mejor de la historia sevillista, fue vituperado cierta noche contra el Espanyol, por lo que no puede extrañar que sobre un hombre como Unai, con mucho menos crédito que el manchego, ande revoloteando la espada de Damocles esgrimida por el sevillismo.

La culpa que tendrá el hombre de que Adán evitase que el Sevilla repitiese la faena de empezar ganando desde el vestuario o de que Gameiro mandase al limbo un servicio en bandeja de plata de Marin. El tropiezo del Sevilla se debió más a errores individuales propios y aciertos ajenos que a despropósitos tácticos, con lo que la figura de Unai se ve injustamente asaeteada por la opinión de gente que sobrevalora a los jugadores propios a la par que desprecian al rival.

Llega pronto la oportunidad de aliviar el disgusto sufrido en la noche del jueves, de quitarse de encima las pelusas que siempre deja caer ante lo más odiado. Es un Valladolid que viene de dar un golpe en la Liga ganándole al Barça, pero que debe ser víctima propicia del Sevilla. Se trata no sólo de paliar la cornada sufrida, sino también de seguir con opciones en la parte alta de la tabla. En cuanto al futuro del técnico, no estaría de más mirar también a lo que tiene a sus órdenes.

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