Las dos orillas
José Joaquín León
Noticia de Extremadura
LA 47ª edición de la regata Sevilla-Betis será recordada en especial por haber concurrido en ella varias circunstancias novedosas. En una primera lectura, las más llamativas son las modificaciones respecto de ediciones anteriores: cambio de recorrido, de dirección, de día y de lugar de finalización. Siendo estas circunstancias ciertamente destacables no son, sin embargo, las más importantes. A mi juicio, la 47ª edición de la regata Sevilla-Betis se ha caracterizado fundamentalmente por su vocación de integración en la ciudad como espectáculo deportivo propio y genuinamente sevillano.
Las tripulaciones de ambos botes cuentan con algunos de los mejores remeros de España y, desde el punto de vista estrictamente deportivo, se trata de un acontecimiento de primer orden. Pero no es solamente un evento deportivo. Su larga trayectoria le otorga el carácter de patrimonio intangible de la ciudad de Sevilla, tan rica y tan sabia en acontecimientos colectivos populares.
Con el fin de profundizar en esta vertiente ciudadana, apostamos decididamente porque la regata finalizara en el muelle de Nueva York, es decir, en pleno casco urbano.
Las instalaciones del Centro Especializado de Alto Rendimiento de la Cartuja ofrecen unas condiciones inmejorables para albergar competiciones de remo y piragüismo, como lo vienen demostrando año a año. Sin embargo, el hecho de que se encuentren algo apartadas del centro de la ciudad determinaba, a nuestro modo de ver, que el público que habitualmente asistía al final de la regata Sevilla-Betis perteneciera al mundo del remo.
Apostar por el muelle de Nueva York como línea de meta de la regata pretendía popularizar la belleza de este deporte, recordar a los sevillanos que cuentan en su inigualable agenda de ritos populares con una cita anual más, que discurre por la calle ancha de la ciudad, la dársena del río Guadalquivir.
La apuesta, cargada de buena intención, no estaba exenta de riesgo, porque suponía un gran esfuerzo organizativo y descansaba sobre la confianza de que la ciudadanía respondería a la oferta. Para la consecución de nuestro propósito hemos contado con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla y el decidido apoyo de patrocinadores, Cruzcampo y La Caixa, clubes de remo, remeros, medios de comunicación y voluntarios, a todos los cuales agradecemos de corazón su entrega, su confianza y su cooperación.
Gracias a ellos y gracias a las miles de personas que se concentraban en los puentes y orillas del Guadalquivir, a los que seguían en bicicleta los 6,2 kilómetros de regata, y a los que en gran número en la línea de meta, apoyaban a sus colores, disfrutando y compartiendo este acontecimiento único en España, podemos hoy afirmar que la 47ª edición de esta impresionante prueba de remo ha sido un completo éxito. Así lo atestiguan los innumerables comentarios de sevillanos que he podido escuchar antes, durante y después de la regata, interesándose por las tripulaciones, el recorrido, el bote favorito, la hora, el paso por la curva de Chapina o por el puente de Triana; las miles de visita a la página web de la regata; las sinceras felicitaciones recibidas por parte de las instituciones, clubes, patrocinadores y público en general; y la opinión unánime de los medios de comunicación.
Si algo ha cambiado en la regata no ha sido su recorrido, sino que la hemos acercado a los ciudadanos y ellos lo han sabido apreciar.
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