La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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La esquina
HACE cuatro cursos un grupo de profesores inquietos de Cádiz pusieron en marcha una fórmula novedosa de enseñar las matemáticas, ese hueso tradicional que a tantos estudiantes se les ha atragantado: el ABN, un método de cálculo abierto basado en números. Actualmente lo siguen más de cien colegios andaluces y ya se está implantando en otras comunidades. Con gran éxito de crítica y público.
No sabría explicar muy bien en qué consiste, pero sí apuntar lo que cambia con respecto al cálculo tradicional: se trabaja con números y no con cifras descontextualizadas, no se hacen cálculos abstractos sino referidos a objetos de la vida real, los niños cuentan lo que van haciendo, como en un relato, y cada alumno puede realizar la misma operación de manera diferente. Hay vídeos impresionantes en los que niños de cuatro o cinco años suman, multiplican y dividen sin aparente esfuerzo y con insólito entusiasmo.
Al frente del invento se encuentra el inspector de Educación Jaime Martínez, que resume así la revolución que supone este método al superar los efectos perniciosos de la enseñanza de matemáticas de toda la vida: los críos adquieren una capacidad de cálculo asombrosa, duplican los resultados en resolución de problemas y tienen al área de matemáticas como su favorita, muy alejada de la aridez que se le supone a esta materia.
Los alumnos beneficiarios de esta innovación presentan dos características: entienden lo que hacen y sacan unas calificaciones excelentes. Lo normal en una clase de éstas es que haya muchos sobresalientes y algunos aprobados, pero ningún suspenso. La distancia entre los mejores y los peores es más corta que en las aulas tradicionales. Y también hay justicia social por medio: en las pruebas de evaluación externa los centros con ABN en Matemáticas quedan muy por encima de los demás colegios. En Cádiz capital el colegio de mejor puntuación fue el de la barriada más menesterosa. En fin, que esto no es una fórmula de enseñar, es un milagro social y pedagógico.
Hay más. ABN es un método desarrollado en la tan abandonada y cuestionada escuela pública, que no necesita sino ingenio y ganas de trabajar y que no requiere comprar material sofisticado ni dinero extra de padres ni Administración. Se pueden apañar con palillos de dientes. Una subversión de los caminos trillados que merece respaldo y propagación.
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