La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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El medio centro
EL entrenador del año es Unai Emery. No por los méritos en este Sevilla Fútbol Club, ya que acaba de llegar y aún anda lejos de intentar fijar su sello, aunque sus dos empates nada más aterrizar y con semejante plantilla le otorgan el beneficio de la duda. Tampoco lo es por lo realizado esta temporada, escaldado de Rusia tras una desastrosa experiencia de apenas cuatro meses en el Spartak. Unai Emery es el entrenador del año simplemente por eso, porque es el de este año, como lo fueron antes Míchel, Marcelino, Manzano y Álvarez una vez la estabilidad se escapara por el río. Cinco entrenadores en tres años desde que largaran a Manolo Jiménez -quinto en la Liga y en la final de Copa, qué tiempos-. Como el difunto Jesús Gil en sus meses buenos.
Una relación de idas y venidas que deja bien clara la descapitalización deportiva que ha sufrido este Sevilla Fútbol Club. Pase que se cometiera el desliz de dejar a Antonio Álvarez como ganador de aquella Copa de 2010, pero, una vez superado el tránsito, el actual staff no ha tomado ni una sola decisión correcta. Sin un modelo fijo, desde la dirección deportiva se han contratado entrenadores por sus nombres o agentes, que no por un modelo de juego que fuese el del club y otorgara estabilidad a una plantilla cada año más descompensada, cada temporada más débil.
El entrenador del año es Unai Emery… durante este año. La única verdad es que todos los técnicos no pueden estar equivocados, que el problema supera el banquillo y se cuela en los despachos. La única verdad es que, si el deseo es que este Sevilla recupere su lugar en el mundo, la dirección deportiva debería comenzar a asumir responsabilidades y no dedicarse sólo a sentarse en la mesa en las presentaciones anuales de cada nuevo entrenador.
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