¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Maneras de vivir la Navidad
la ciudad y los días
TRAS las pasadas tormentas que azotaron la calle Orfila era necesario nombrar unos Reyes Magos ante cuyos nombres sólo se pudiera asentir. Y hasta aplaudir. Tan populares como los modestos monarcas de barro pintado que se vendían en los puestecillos del ensanche de Regina. Tan nuestros como el que reinaba en el vestíbulo de la juguetería de la calle Cuna, junto al que tantos niños sevillanos nos fotografiamos entregándole nuestra carta orlada de cielos azules, estrellas y palmeras. Tan entrañables como la hucha que Luis Ochoa ponía en la caja registradora de su confitería, con el dibujo del niño dormido, tras él Baltasar viniendo en su camello guiado por la Estrella de la Ilusión y el lema La Cabalgata de los Reyes Magos espera vuestro donativo. Unos Reyes Magos tras cuyas barbas postizas se adivinara el rostro de buenos servidores de Sevilla.
Y el Ateneo ha acertado como si antes de nombrarlos se hubiera inspirado oyendo a Lalo Martel con Osvaldo Requena y los Reyes del Tango cantando Salud, dinero y amor. Aunque en este caso debería decirse salud, desarrollo y pasión; porque Melchor procura salud, Gaspar promueve el desarrollo económico y Baltasar levanta y gestiona pasiones. Dicho de otra forma: Melchor es médico, Gaspar es empresario y Baltasar es futbolista y presidente de club.
El médico es José Pérez Bernal, que se ha pasado la vida dándola, haciendo quites a la muerte, logrando indultos para los sentenciados, divulgador infatigable que logró como Coordinador Sectorial de Trasplantes de Sevilla y Huelva que dejáramos de figurar -como sucedía hace 20 años- entre los más reacios a las donaciones de órganos, fiel cumplidor del lema que guía su vida: "ayudar al que sufre está por encima de todo".
El empresario es Francisco Herrero León, miembro fundador y vicepresidente de la Confederación Empresarial Sevillana, fundador de la Asociación de Transitarios, presidente de la Asamblea Nacional de Consignatarios de Buques, vicepresidente de la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Consignatarias de Buques, presidente del grupo Lamaignere y Medalla de Oro de la Cámara de Comercio que actualmente preside.
El futbolista es Rafael Gordillo, el "no-me-ha-dejado" polinganero y bético siempre fiel a su barrio y su club, amigo de sus amigos de siempre, fiel a sus colores de siempre; niño de corral, riada, refugio y Polígono, como escribió Antonio Burgos en un artículo de enmarcarse, al que la vida ha deparado la alegría de ser el presidente que devolvió a su Betis al lugar que le corresponde. Buenos Reyes tenemos. José María Izquierdo y Jesús García Díaz deben estar contentos.
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