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La directora general de Museos de la Consejería de Cultura, Inmaculada López Calahorro, presentó ayer en la Sala Santa Inés la muestra La intensa levedad que recorre la breve pero prolífica carrera del pintor sevillano Juan Francisco Isidro (1961-1993). Organizada por la Consejería de Cultura y la galería Rafael Ortiz, esta exposición recupera a uno de los creadores "más sensibles y prometedores de su época" cuando se cumplen 18 años de su prematura desaparición. Un total de 82 obras firmadas entre 1985 y 1992 ilustran lo más significativo de su trayectoria, con préstamos procedentes de colecciones tanto públicas como privadas, entre ellas el Banco de España, La Caixa o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC).
Con este proyecto arranca, explicó López Calahorro, una nueva etapa en la que Iniciarte -el programa que la Junta creó para impulsar la creación emergente- "luchará contra el olvido" y rescatará obras "que puedan servir de referente a los nuevos artistas", con independencia de que pertenezcan a etapas juveniles o poco exploradas de autores consagrados o a nombres "ajenos a las modas y que, como Isidro, merecen ser revisados".
La Consejería de Cultura, que "mantiene su ofrecimiento a Mariano Bellver para alojar en Santa Inés su colección durante todo el proceso de ampliación a Monsalves", ha decidido además prorrogar hasta el 12 de junio la exposición Imágenes y mitos en la pintura andaluza que el Bellas Artes dedica a estos fondos y que debía clausurarse el próximo domingo. En el caso de que Bellver aceptase la opción de Santa Inés, López Calahorro aseguró que "no habrá problemas en reubicar en otras salas" de la Junta el Programa Iniciarte, que tuvo su sede en la iglesia de Santa Lucía, hoy una nave de producción de la Agencia del Flamenco.
En cuanto a la muestra La intensa levedad, Miguel Fernández Cid ha sido su comisario junto con los galeristas Rafael Ortiz y Rosalía Benítez. Para Fernández Cid, "el trabajo de Juan Francisco Isidro sigue sorprendiendo hoy porque, entre otras cosas, conjuga planteamientos conceptuales con un proceso lento y metódico". Los objetos que utiliza para conseguir estas alegorías visuales son "extremadamente sencillos, casi irrelevantes, y no exentos de ironía", señaló a propósito de obras como Lencería, un trabajo fotográfico de 1989 que rinde homenaje al cuerpo femenino, o Pájaro, el díptico dedicado a uno de sus motivos favoritos.
"Todas sus obras tienen un ritmo muy atractivo, como una marea que viene y va, aunque son cuadros muy ordenados, con una composición casi milimétrica", añadió.
La obra de Juan Francisco Isidro abarca materiales y técnicas muy diversos: la pintura, el papel recortado, la fotografía -medio en el que fue pionero y cuyos hallazgos conceptuales parecen anticipar los logros de maestros como Chema Madoz- y la madera, en la que trabajó en sus últimos años, y a la que está dedicada la impresionante sala que cierra el itinerario expositivo. El punto de inflexión es La flor, el lienzo turbador, desgarrado y poético que pintó cuando conoció la noticia de su enfermedad.
Al estar la mayoría de estos trabajos en manos privadas, su discurso intimista, su humor surrealista y al margen de efectismos se ha preservado casi herméticamente, con excepciones como Afterpost, más allá de la fotografía o Aprendiendo a mirar. 25 años de la galería Rafael Ortiz, dos grandes retrospectivas que recientemente se fijaron en él. Ahora, Santa Inés descubre al fin a un artista cuya veneración por la vida y por el cuerpo, su prodigiosa imaginación y su optimismo logran traspasar el tiempo para dialogar con el público, como si hubieran sido creadas ayer mismo.
La intensa levedad. Hasta el 10 de julio. Santa Santa Inés. C/ Doña María Coronel, 5. Martes a sábados de 11 a 14:00 y de 18 a 20:30. Domingos de 12 a 14:00. Lunes y festivos, cerrado.
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