Tomás de Perrate lleva "el legado flamenco de la tribu" a Cajasol
l Inés Bacán y Tomás de Perrate. Centro Cultural Cajasol. Sala Joaquín Turina. A las 21:00, de 12 a 18 euros.El cantaor de Utrera e Inés Bacán ofrecen un recital hoy en la sala Joaquín Turina
Tomás de Perrate es un cantaor diferente. O quizás su discurso, que es el de quien recibe la herencia jonda de su estirpe con toneladas de humildad, es poco frecuente en el terreno de las individualidades y egos de los artistas de este tiempo. "En el mundo de los gitanos, siempre hay una forma humilde de ser y estar. Los gitanos que yo venero me han educado desde el punto de vista de la sencillez. Y el flamenco, simplemente, lo vivimos como el legado de los chamanes de la tribu", explica, con su voz añeja, el hijo de Perrate de Utrera, el nieto de Manuel Torre y el representante de una larguísima tradición que ha legado algunos de los capítulos más sobresalientes de este arte. En esta saga se cruza una numerosa lista de tíos y primos marcados por ese camino del jondo, situado entre Sevilla y Cádiz, que lleva de Utrera a Lebrija entre los que figuran María La Perrata, Gaspar de Utrera, El Funi, Juan El Lebrijano, Dorantes, Tere Peña o Inés Bacán.
Con esta última, "prima hermana de primos hermanos míos", -Inés es hija de Bastián Bacán y Ana la del Pelao-, acude esta noche al clásico ciclo los Jueves Flamencos de Cajasol, en la sala Joaquín Turina, donde acompañado de la guitarra de Antonio Moya ofrecerá un recital ante el que se siente "más que nervioso, ilusionado", confesó ayer a los medios este cantaor polifacético y emprendedor que acaba de publicar Infundio, su segundo disco en solitario.
Aunque para muchos Tomás de Perrate ha llegado tarde al flamenco -a los 35 y tras años centrado en un negocio de peluquería- su afición se fraguó desde pequeño en el compás cotidiano de la familia; pero sin dejar de lado su curiosidad por acercar el oído a nuevas ritmos.
De hecho, Tomás empezó en la música como batería en una banda de rock y cita a Mark Knopfler, Tom Waits y Eric Clapton entre los intérpretes de esos discos que ha escuchado con admiración y que, lejos de lo que pueda parecer, gustaban también en su entorno. "Gozamos de ese disfrute de la música en toda su dimensión y mi tía La Perrata, por ejemplo, escuchaba a Police y le gustaba. Mi familia estaba encantada de que yo me dedicara a la batería y no pasó nada. Mis hermanos empezaron a casarse con no gitanos, yo adopté un hijo y todas estas cosas se aceptaron con normalidad", explica sobre la actitud abierta y a la vez respetuosa con la tradición de su casa. "Mi padre siempre nos decía: Nosotros tenemos que vivir en la totalidad de nuestras posibilidades", recuerda este intérprete con justa fama de reflexivo y estudioso que a sus conciertos, también en el circuito internacional del flamenco, suma sus colaboraciones con otros músicos, intérpretes e intelectuales. Y todo ello "sin pretensiones".
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