La segunda muerte de Riego
Las Cabezas de San Juan
Décadas de abandono provocan que se pierdan documentos de gran importancia sobre el levantamiento del militar liberal, un hecho decisivo en el inicio del Trienio Liberal y en la independencia del imperio americano
Demasiado tarde. Pese a los esfuerzos de los técnicos del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), todos los valiosos documentos sobre el levantamiento de Riego del 1 de enero de 1820 en Las Cabezas de San Juan que se encontraban recogidos en las actas capitulares de este municipio han desaparecido para siempre, esfumándose así información de gran valor científico para comprender la historia del constitucionalismo español, del liberalismo europeo y de la emancipación de las colonias americanas.
La Consejería de Cultura convocó ayer a la prensa para presentar "la restauración de las actas capitulares de Las Cabezas de San Juan sobre el levantamiento militar de Riego". Nada más lejos de la realidad. Es cierto que los técnicos del IAPH han restaurado durante cinco años de duro y complicado trabajo el volumen que recogen las actas de este consistorio durante 1818 y 1828, pero también es cierto que, debido a un severo deterioro, las partes que hacían referencia a los sucesos que supusieron el detonante del Trienio Liberal no se han podido rescatar, porque, sencillamente, ya habían desaparecido, según la historiadora del IAPH María Campoy. Lo que había sido una joya documental para la historia de España y América se ha quedado en un conjunto de legajos con un interés para la historia local. De Riego apenas se conserva una anotación (antes del levantamiento) sobre un problema de avituallamiento de las tropas de las que era oficial.
Lo más extraño de todo fue el aire de celebración que se vivió ayer en la sede del IAPH, especialmente por parte del alcalde de Las Cabezas, Francisco Toajas. "Es un libro, pero mucho más que un libro, porque no recoge cualquier momento de la historia, sino un hito de la altura de la Revolución Francesa". En todo momento usó el presente, como si no fuera consciente de lo que había pasado. Entre el numeroso público de la localidad que acudió a la presentación de la restauración del volumen alguien tuvo todavía ánimos de cerrar el acto con un "¡Viva Andalucía y Viva Las Cabezas!".
Después de décadas de desidia y abandono, el libro llegó al IAPH en un estado lamentable, "en la UVI", como se encargó de remarcar el director del Instituto, Román Fernández-Baca. Los agentes externos de degradación (humedad, temperatura inadecuada, luz, insectos, bacterias, etcétera), habían provocado un deterioro extremo. Conscientes del valor de los documentos que hacían referencia al levantamiento de Riego, los técnicos intentaron recuperarlos con técnicas de rayos, pero ya fue imposible. Este deterioro era conocido, al menos desde la década de los 80, pero hasta hace cinco años no comenzó la intervención. La responsabilidad de que el deterioro haya sido irreversible es, según la Ley de Archivos, de su propietario: el Ayuntamiento de Las Cabezas. Para el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, los "ayuntamientos democráticos" (30 años después) han hecho un "gran esfuerzo" para mejorar las condiciones de sus archivos.
El levantamiento del entonces segundo comandante Rafael del Riego (1785-1823), uno de los héroes de la mitología liberal española, se produjo el 1 de enero de 1820 en Las Cabezas de San Juan, ciudad en la que se encontraba junto a su Batallón de Asturias esperando la orden de embarque para participar en el complejo conflicto que desembocó en la independencia de las colonias americanas, una operación que se había demorado debido a una epidemia de fiebre amarilla que obligó a dispersar a las tropas por diferentes ciudades andaluzas.
Aunque en un principio el levantamiento no tuvo el éxito esperado, lo que obligó a Riego a vagar como un fantasma con sus tropas por numerosas ciudades de Andalucía occidental, finalmente fue el detonante para una serie de sublevaciones en el territorio nacional que desembocaron en el llamado Trienio Liberal y en la reinstauración de la Constitución de Cádiz, un proceso que finalizó con la invasión de España por los Cien Mil hijos de San Luis, mandados por el duque de Angulema, la vuelta del absolutismo monárquico encarnado por Fernando VII y la muerte en el cadalso, entre los insultos del público, de este militar de origen noble que dio nombre al himno oficial de España durante la II República.
Casi dos siglos después, el que llegó a ser el general Riego sufre una segunda muerte con la desaparición de unos archivos que empobrece el patrimonio documental español.
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