Herejía y cruzada

Música

El último libro-disco de Jordi Savall ofrece un sugerente acercamiento musical a la historia de los cátaros occitanos

El Apocalipsis según el Beato de Liébana.
El Apocalipsis según el Beato de Liébana.
Pablo J. Vayón

23 de enero 2010 - 05:00

Le Royaume oublié. La Capella Reial de Catalunya. Hespèrion XXI. Jordi Savall 3 CD Alia Vox (Diverdi)

La reforma gregoriana de finales del siglo XI tuvo motivaciones principalmente políticas. Sirvió desde luego para la unificación de las tradiciones musicales de las iglesias cristianas occidentales, pero también, y fundamentalmente, para el control de los disidentes religiosos y la extensión por toda Europa del poder del Papa, en lucha permanente con el Emperador. Uno de los grupos heréticos que más importancia alcanzaron a partir del siglo XII fue el de los cátaros, conocidos prácticamente en todo el continente por su ascetismo y sus creencias maniqueas (pensaban que Dios era responsable del principio espiritual del universo, pero Satanás era el auténtico creador del mundo de la materia). Relacionados en origen con el gnosticismo oriental, los cátaros arraigaron muy especialmente en el Languedoc, en donde eran llamados albigenses, fueron protegidos por los condes de Tolosa y algunos nobles catalanes y en donde crearon comunidades muy activas y cohesionadas, hasta el punto de que para erradicarlos, el Papa Inocencio IX llamó en 1209 a la Cruzada, que se resolvería en una serie de matanzas espantosas, la extensión de los métodos inquisitoriales (ya probados especialmente en tierras imperiales) por casi toda Europa y el dominio final de los reyes del norte de Francia sobre la región.

Jordi Savall, tan unido desde siempre a la Occitania, ha dedicado su gran libro-disco de 2009 a la "tragedia cátara" con un extraordinario álbum triple, posiblemente el mejor de los que viene editando año a año desde que en 2005 hiciera coincidir el primero de ellos con el centenario del Quijote (le siguieron los dedicados a Colón, Francisco Javier y la ruta de oriente y la ciudad de Jerusalén). El libro contiene interesantes ensayos sobre la cuestión (en siete idiomas, incluida ¡la lengua de oc!), hermosísimas iluminaciones y otra variada iconografía de la época, una útil cronología y los extensos textos cantados y recitados.

El contenido musical se aproxima a las cuatro horas y se organiza en torno a siete núcleos temáticos: 1) Orígenes del catarismo: Oriente y Occidente (950-1099); 2) Auge de Occitania (1100-1159); 3) Expansión del catarismo (1160-1204); 4) Hacia el enfrentamiento (1204-1208); 5) La cruzada contra los albigenses (1209-1229); 6) La Inquisición: persecución de los cátaros y erradicación del catarismo (1230-1300); y 7) Diáspora hacia Cataluña y fin de los cátaros orientales (1309-1453). El repertorio se vuelca decididamente del lado de la poesía y la música trovadorescas, con una dedicación especial a la Canción de la cruzada albigense, gran cantar de gesta, aunque se recurre también a los contrafacta y se incluyen piezas orientales y andalusíes, recitados y hasta canciones de Dufay. Interpretaciones en el típico estilo de Savall, llenas de colorido y riqueza tímbrica, y con un papel muy destacado de la creatividad personal de cada intérprete, lo que se traduce en amplias secuencias de carácter improvisado.

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