La obra del pionero del fotomontaje Gustav Klucis desembarca en Sevilla

Poder, arte y propaganda conviven en la turbulenta biografía del 'Lorca' letón, un activo miembro del constructivismo ruso fusilado durante las purgas estalinistas

Quiosco de propaganda diseñado por Klucis y serie de ilustraciones para el poema de Mayakovski.
Quiosco de propaganda diseñado por Klucis y serie de ilustraciones para el poema de Mayakovski.
Charo Ramos / Sevilla

27 de noviembre 2009 - 05:00

Tan decisivo en la forja del arte constructivista como Rodchenko, Popova y El Lissitzky; tan letón como el cineasta Serguei Eisenstein y tan desafortunado en su trágico destino como Mayakovski y muchos otros creadores de la vanguardia soviética que abrazaron la revolución bolchevique y fueron devorados por el totalitarismo. Gustav Klucis (Letonia, 1895), el artista que se disputaba con Rodchenko la creación del primer fotomontaje y uno de los mejores cartelistas surgidos tras la Revolución de Octubre de 1917 -que él vivió en primera persona al participar en el asalto del Palacio de Invierno-, es uno de esos genios del arte mundial que ha tenido que esperar a la caída del muro de Berlín para ser reivindicado por sus compatriotas.

"Es un icono letón del siglo XX como García Lorca para vosotros y también queremos recuperar sus restos, ya que fue fusilado en Rusia en 1938 durante las purgas estalinistas", explicaba ayer el embajador de Letonia en España, Rolands Lappuk, durante la inauguración de Gustav Klucis. En el frente del arte constructivista, la muestra con la que Cajasol descubre "a un pintor, escultor, artista gráfico y diseñador extraordinario en el contexto de sus ideas políticas", según señaló el director de la Obra Cultural de la entidad, Fernando Vega. La funcionalidad de sus diseños y el colorido de sus propuestas puede disfrutarse hasta el 28 de febrero en las salas Villasís e Imagen a través de las más de 120 obras que componen la primera exposición antológica de Klucis en España, que recala en Sevilla procedente de la cordobesa Sala Vimcorsa.

El director de ésta, el artista José María Báez, subraya "el doble atractivo, estético y político, que posee esta muestra. Porque por un lado permite conocer a un artista cuyos diseños constructivistas para la producción de objetos, caso de sus tribunas de oradores, superan en calidad a los de Rodchenko que pueden verse ahora en el Reina Sofía. Y por otro, presenta las claves políticas que alentaron su trabajo, inseparable de su defensa de la utopía soviética".

Además de maquetas de construcciones desaparecidas diseñadas a escala a partir de los dibujos del autor, se presentan varias de sus piezas más importantes como Ciudad dinámica (1919), que él llegó a calificar de "comienzo del fotomontaje en la URSS" y donde muestra su interés por la estructura espacial de la forma. También se exhibe su serie de ilustraciones para el poema que Mayakovski dedicó a la muerte de Lenin, una especie de programa poético de partido cuyos efectos emocionales realzan los fotomontajes del artista letón, que nunca logró verlos impresos. "Klucis, que fue miembro del noveno regimiento de Fusileros Rojos letones, había estado muy cerca del líder de la Revolución y llegó a tomar bocetos suyos en el Kremlin", rememoraba ayer Mara Lace, directora del Museo de Letonia, de donde procede la mayoría de las piezas.

La comisaria de la muestra, Iveta Derkusova, destacó también sus diseños para el Grupo Octubre, del que formó parte junto con Diego Rivera o El Lissitzky; así como los carteles sobre los planes quinquenales de este creador que durante la década de los 20 y 30 había trabajado con pintores de la talla de Malévich, que fue su maestro en los Talleres Artísticos Estatales Libres. "A diferencia de él, Klucis aspiraba a conciliar la experimentación artística con la vida colectiva", incidió Iveta.

La obra de Klucis tuvo un efecto sustancial en el desarrollo del arte europeo y hoy está siendo objeto de una reivindicación internacional. "La gente joven está haciendo un arte cada vez más político y la revisión del constructivismo cobra un nuevo sentido", subrayaban ayer los organizadores a propósito de la proliferación de exposiciones que, como la dedicada a Popova y Rodchenko en Madrid, o la que presenta el cartel húngaro de vanguardias en el Monasterio de la Cartuja, recuperan su atractivo para nuevas generaciones de espectadores.

Gustav Klucis. En el frente del arte constructivista. Centro Cultural Cajasol y Sala Imagen. Hasta el 28 de febrero de 2010. Cerrado los lunes.

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