Toreo con gusto de Cervera en noche dramática para Sarrión

El valenciano brilla en una bella faena, en la que corta una oreja · Duque consigue un trofeo de menor valor

El novillero castellonense Juan Sarrión, inerte, tras el palazo que le propinó el segundo novillo.
El novillero castellonense Juan Sarrión, inerte, tras el palazo que le propinó el segundo novillo.
Luis Nieto

18 de julio 2009 - 05:00

GANADERÍA: Novillos de Sobral -ganadería que hacía su presentación-, en su conjunto bien presentados, flojos y deslucidos. TOREROS: Pedro Luis Cabrero, silencio tras aviso. En el que estoqueó por Sarrión, silencio. Juan Sarrión, cogido. Juan Duque, oreja tras aviso. Alfredo Bernabeu, silencio tras aviso. Felipe Chamaco, silencio tras dos avisos. Juan Cervera, oreja tras aviso. Incidencias: La Maestranza. Media entrada. Juan Sarrión fue atendido de fuerte contusión en la región malar, mandibular y periorbitaria derecha con pérdida de conocimiento. Tras un estudio en el Hospital Virgen del Rocío se le dio de alta ayer.

El drama aguardaba en la tercera novillada de promoción. Apenas se echó la noche sobre Sevilla, con las lentejuelas refulgiendo en la Maestranza, el segundo eral le dio con la pala del cuerno un tremendo golpe en la mandíbula a Juan Sarrión, de la Escuela de Castellón, quien cayó como si hubiera sido fulminado por un croché de Tysson. El chaval quedó inerte. El público enmudeció. Las asistencias se lo llevaron de inmediato a la enfermería. Tras varios minutos, el doctor Ramón Vila volvía a su burladero, desde donde nos comentaba que había enviado al torero al hospital Virgen del Rocío para un estudio exhaustivo, en el que no encontraron lesión alguna y fue dado de alta ayer. Con anterioridad, Sarrión se había mostrado variado en el manejo de la capa.

El espectáculo deparó la agradable noticia del triunfo del valenciano Juan Cervera, que cortó una oreja tras una faena en la que prevaleció el gusto. Con firmeza y temple firmó muletazos, por ambos pitones, de gran calado estético. El colombiano Juan Duque consiguió el otro trofeo de la noche. En su labor, que no redondeó, ante un noble, flojo y mansote animal, intercaló algunos muletazo de calidad y mano baja.

El resto del festejo transcurrió sin apenas historia. El abulense Pedro Luis Cabrero, de la Escuela de Madrid, pasó sin pena ni gloria ante el que abrió plaza, tardo y que se quedaba corto, y anduvo dubitativo y echando la res hacia fuera, en el que estoqueó por Sarrión. El alicantino Alfredo Bernabéu, de la Escuela Manuel Cascales de Murcia, concretó un trasteo sin garra ante un animal reservón. El portugués Felipe Chamaco, perteneciente a la Escuela de Sevilla, tampoco dejó huella con el quinto, un ejemplar deslucido.

Los asesores de la presidencia de la Maestranza -Ruperto de los Reyes, Antonio Martínez Finito de Triana y Luis Arenas-, quienes componían el jurado, seleccionaron para la final, de entre los 18 novilleros que han participado en las tres novilladas, a Diego Fernández, un palentino de la Escuela de Arganda; David Galván, de la Isla de San Fernando, perteneciente a la Escuela de Jerez, y al astigitano Ángel Jiménez, de la Escuela de Écija. Los dos primeros, en primera votación, y el tercero en una segunda, en la que también tuvieron en cuenta a Duque y Cervera. La final se celebrará el próximo jueves, a la diez de la noche, con ganado de Macandro. En la programación de la Maestranza, la tradicional corrida del 15 de agosto se adelanta al 14 -22:00- con el cartel previsto: Oliva Soto, Nazaré y Moral, con toros de Martín Lorca.

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