García-Baquero, in memoriam

Dos libros rinden homenaje al gran historiador modernista sevillano cuando se cumplen dos años de su sentida pérdida

Antonio García-Baquero (Alcalá del Río, 1944-Sevilla, 2007).
Antonio García-Baquero (Alcalá del Río, 1944-Sevilla, 2007).
Jaime García Bernal

12 de julio 2009 - 05:00

Transcurridos dos años de la sentida pérdida del historiador sevillano Antonio García-Baquero se publican dos libros que rinden honores académicos a su eminente figura. Por un lado el homenaje colectivo de sus compañeros del Departamento de Historia Moderna de la Universidad de Sevilla, a los que se unen otros muchos colegas y discípulos de distintas universidades españolas. Por otro, el volumen que edita la Fundación de la Real Maestranza de Caballería que recoge su obra taurina completa. Dos iniciativas que se suman a la reedición que el Ayuntamiento de Sevilla dedicó recientemente a su obra sobre los gremios sevillanos y la industrialización de la que ya dimos cuenta en estas páginas.

En raras ocasiones se produce una respuesta institucional tan unánime a la meritoria obra de un historiador; más elocuente, si cabe, por más alejada de cualquier oportunismo mediático o ventajismo político, veleidades de las que siempre huyó el recordado profesor García-Baquero. Los dos años de gestación de ambos volúmenes indican, precisamente, que se trata de libros preparados con el rigor académico, el cuidado editorial y, porqué no decirlo, la admiración y el cariño que despertaba su persona y que, ahora, resplandecen en su memoria.

Un recuerdo que permanece vivo y fértil en las aportaciones de la primera de las obras señaladas, los Estudios de Historia Moderna en homenaje al profesor Antonio García-Baquero: 39 trabajos académicos, precedidos por un valioso perfil profesional del historiador modernista que traza Ramón Serrera, a más de un sentido prólogo del catedrático de la Universidad de Sevilla León Carlos Álvarez Santaló, compañero y amigo personal del homenajeado. Muchos de estos textos prolongan líneas de investigación que planteara el recordado Antonio en sus últimas obras: la política atlántica, el discurso ilustrado y la opinión pública. Otros vuelven sobre problemas de comercio y fiscalidad que trató en su tesis fundamental Cádiz y el Atlántico (1976). La Carrera de Indias, nervio del Imperio español, está muy presente en todos ellos, advirtiéndose un giro de los vectores que estructuraron el monopolio indiano y que él estudió en sus obras iniciales, a un enfoque hoy centrado en la trama sociofamiliar de aquellos que participaron en el sistema (los generales de la flota, los oficiales reales de la Carrera, etc.).

Como es propio de los libros de homenaje, no faltan las aportaciones escritas en una clave íntima que sólo el autor y el homenajeado conocían: esa promesa, aquella conversación, la hipótesis que alguna día habría de ser verificada... Guiños de la investigación que no privan al lector, en todo caso, de la solidez de los trabajos vertidos en estas 700 páginas donde hay historia de la familia, de los libros, del municipio de Sevilla, estampados sobre ese paisaje de la baja Andalucía en los siglos modernos que Antonio tanto amaba.

La historia del comercio atlántico, la política reformista de la Monarquía borbónica y la burguesía gaditana fueron, en todo caso, los grandes ríos que transitó la obra del añorado maestro. Donde dejó escritas páginas inolvidables, traducidas, manejadas y citadas por la crítica internacional. Sin embargo la inagotable capacidad de trabajo del historiador modernista le permitió surcar otros afluentes menores, en particular, la historia de Sevilla de la que recuperó textos fundamentales (recuerdo, ahora, los Hijos de Sevilla de Fermín Arana de Varflora) y, por supuesto, la historia de la fiesta de los toros y de la reglamentación taurina.

Ha sido, por eso, un gran acierto reunir la obra, hoy dispersa, que dedicó García-Baquero a una de sus grandes pasiones: los toros. Razón de Tauromaquia pone nombre a un repositorio de trabajos destinado a ser, en poco tiempo, un texto de obligada consulta para los historiadores y aficionados a la fiesta. Ajustada divisa con la que Pedro Romero de Solís, introductor de la recopilación, consigue sintetizar lo que fue la propuesta fundamental del historiador García-Baquero en punto al tema taurino: la Ilustración consiguió ordenar y racionalizar los juegos de toros que, al precio de perder parte de su efusión primitiva, garantizaron, a lo largo plazo, la supervivencia de la corrida moderna. Bajo este argumento dorsal que subyace al libro hay textos, hasta 16, para contentar todas las inquietudes del taurófilo, incluidas las inspiradas páginas que dedica al mundo del matadero y el origen del toreo profesional sevillano, un tema que le fascinaba.

Moderno exégeta de la tradición taurina, cabal pensador de la historiografía sevillana, investigador de ese universo original abierto al Atlántico que forma la bahía gaditana y, por encima de todo, historiador modernista, Don Antonio García-Baquero permanece en sus obras. El mejor homenaje que podemos brindarle es leerlo, o releerlo aquellos que ya lo conozcan. Además de disfrutar de su prosa, les garantizo que comprenderán un poco mejor la historia y la idiosincrasia de Andalucía.

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