ROSS. Gran Sinfónico 4 | Crítica
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Tras celebrar ayer su jornada inaugural en la Fundación Tres Culturas, la XI edición del Festival Internacional Zemos98 continúa hoy en diversos puntos de la ciudad con su abultado programa, que trasciende de manera holgada el calificativo de certamen audiovisual haciendo girar sus múltiples actividades en torno a un ambicioso simposio sobre Educación expandida. De ello habla Pedro Jiménez, portavoz del colectivo organizador.
-Explíqueme el concepto de educación expandida.
-Está en formación, porque nos lo hemos inventado nosotros a partir del proceso de investigación que hemos estado haciendo en el festival. ¿Cómo definirlo rápidamente? Pues con la frase "la educación puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar". Creo que se ajusta bien a la idea de educar más allá de los muros, más allá de la institución que se genera en torno a la educación. Las referencias son fenómenos como el de la educomunicación, o sea, la comunicación desde la educación y viceversa. Es decir, la línea de trabajo pedagógica en torno a la necesidad de aprender a usar los medios que forman parte de nuestra sociedad.
-Y tiene connotaciones cinematográficas...
-Se nos ocurrió unirlo a el trabajo que hizo Gene Youngblood en su libro Expanded Cinema. En él hablaba de las prácticas que se estaban llevando a cabo en el audiovisual, a principios de los 70, en torno a expandir la pantalla de cine. De aquellos artistas que practicaban actividades cinematográficas que estaban desbordando la pantalla. Es un concepto muy interesante, porque supone la construcción de nuevos productos audiovisuales que sobrepasan la pantalla cinematográfica clásica, a la que uno accede pagando una entrada. Ese ritual se pierde. De hecho, entendemos que ya se ha perdido con los móviles, internet, las narrativas interactivas; con todo lo que se está produciendo tanto a nivel comercial como, sobre todo, a nivel experimental. Hay gente trabajando con narrativa multitextual o con nuevas formas de experimentación de esa narrativa. Esas nuevas formas de experimentación son las que nosotros queremos encontrar en lo educativo: las que usan el archivo, la remezcla, las que entienden cómo funciona internet. Es una educación sobre personas, que cuestiona, que pregunta... En definitiva, que conversa.
-Al hilo de la actualidad, parece obvio que hay que replantear la educación. Y también desintegrar el tabú respecto a juventud y nuevas tecnologías...
-Nosotros nunca hemos tenido ese miedo a la tecnología, pero tampoco somo tecnófilos. La tecnología en sí misma no va a solucionar nada. De hecho, lo que planteamos es que la tecnología es un contexto nuevo y, sobre todo, una herramienta que nos debe permitir construir una sociedad mucho mejor. Pero no se trata de poner ordenadores en los centros educativos, sino de cambiar la metodología. Lo que va desarrollándose en torno a los medios es lo que el sistema tiene que aprovechar. El problema está en que la gente que viene por detrás quizás ya no se comunique siquiera con mensajes de texto, sino multimedia, mientras que tenemos a profesionales de la educación que no saben aún cómo se genera un vídeo.
-¿Cómo se articula esa idea de educación expandida en la estructura del festival?
-La articulación es completa en todo el programa. En los conciertos, por ejemplo, puede ser esa idea del do it yourself [hazlo tú mismo], que se une a otro concepto sobre el que queremos trabajar, el de edupunk. Es el planteamiento de uno de los conferenciantes, Brian Lamb, quien considera que tenemos que construir nuestro propio aprendizaje. Y lo llama edupunk precisamente por ese concepto do it yourself. En las proyecciones dedicamos un día entero a presentar proyectos sobre el remix, porque pensamos que la educación debe ser remezclable. Es un punto de partida para aprender del otro, para aprehenderlo y hacerlo tuyo. Son pequeñas pinceladas junto al evento mayor, o que mayor presencia tiene: el simposio internacional sobre Educación expandida. Estamos trabajando con talleres, con presentación de proyectos, con conferenciantes de nivel pro, de nivel Ars Electronica, por decirlo de una forma afín a nuestro ámbito.
-Zemos98 promueve el libre intercambio de conocimientos y el copyleft. Paradójicamente, cuenta con el patrocinio de un ministerio, el de Cultura, que hace campañas que definen como ilegales algunas de estas prácticas.
-La relación con el Ministerio es a través de subvenciones de convocatoria pública. Es decir, no hay un patrocinio directo. Supongo que los técnicos del Ministerio de Cultura también descargan música, y que cuando les llega un proyecto que habla de estas cosas les llama la atención. Como institución, son cosas que la tumban. Llegará un momento en que editarán libros copyleft porque lo diga un decreto. Aunque, bueno, también hay un decreto que proclama que estamos en la sociedad de la información y vamos a tener software libre en toda Andalucía. ¿Y cuántas administraciones hay con software libre?
-Recientemente, en estas mismas páginas, María González, directora del Mes de Danza, se quejaba de la falta de visión en política cultural. ¿Tenemos de eso?
-La respuesta es no. Sí es verdad que desde la Junta de Andalucía probablemente tengan más claro cierto tipo de programas. Pero al resto de administraciones las vemos como manejando ideas que surgen cada año. De lo que se queja el Mes de Danza, y de lo que nos quejamos nosotros, es de la discontinuidad. Terminaremos esta edición del festival y cuando vayamos a hablar con el Ayuntamiento el año que viene será como si no nos conocieran. Le pasa incluso a festivales como Territorios y basta recordar el problema del South Pop el año pasado. La iniciativa privada se enfrenta al mismo problema: tenéis un dinero que no estáis programando; nosotros estamos poniendo nuestra liquidez y nuestra capacidad profesional, y lo que os pedimos es que confiéis en nosotros no de aquí a diez años, pero por lo menos hasta que termine vuestro mandato. Creo que es consecuencia de la falta de planificación, aunque hay otro elemento para nosotros fundamental: la Biacs. Te venden el humo en torno al turismo y a la idea de poner a Sevilla en el mapa, una cosa tan absurda, y después resulta que los niveles de calidad bajan y nadie dice nada. La pregunta es entonces ¿por qué estáis gastando tanto dinero en algo así? ¿Por qué la Biacs tiene un presupuesto de tres millones y Zemos98 de 200.000 euros, sumando en el patrocinio casi una quincena de instituciones? Y no lo digo porque quiera ese dinero para mí, sino porque pensamos que habría que planificar mejor y repartir de manera más equitativa.
-González denunciaba también que desde la Administración se invierte sólo en función de la rentabilidad política...
-Tengo claro que cuando el Ayuntamiento nos da dinero no es dinero suyo, sino de todos, y que como empresario y como ciudadano tengo una responsabilidad respecto a él. Esta misma idea de conversar hay que hacérsela ver a la Administración. No se puede plantear su actividad sobre la base del rédito mediático. ¿Cuánta gente va al Mes de Danza? ¿Cuánta gente ha hecho danza a partir de entonces? Y lo mismo con Zemos98, con Territorios, con el South Pop... Eso es lo que hay que estudiar: haz un estudio de indicadores culturales y mide la incidencia en la ciudadanía, en la creatividad, de todo lo que se hace, y luego ve en qué se puede mejorar y cómo se puede hacer.
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