Una orquesta en peligro

Crítica de Música cine

Pablo J. Vayón

08 de noviembre 2015 - 05:00

ORQUESTA BÉTICA DE CÁMARA

Concierto inaugural de la temporada. Solista: Emilia Ferriz Lozano, violín. Director: Michael Thomas. Programa: Concierto para violín y orquesta en re mayor Op.77 de Johannes Brahms; Sinfonía nº4 en la mayor Op.90 'Italiana' de Mendelssohn. Lugar: Sala Joaquín Turina. Fecha: Sábado 7 de noviembre. Aforo: Dos tercios de entrada.

El profesor Eduardo González-Barba ha documentado en trabajos recientes las dificultades que tuvo siempre el sinfonismo para arraigar en Sevilla. La Orquesta Bética de Cámara, fundada en 1922, sabe bien de estas dificultades en su irregular trayectoria. El último esfuerzo por rescatarla empieza a peligrar de nuevo. Fracasado su desembarco en el Teatro Riberas del Guadaira de Alcalá, el conjunto ha vivido algunas disensiones internas (que han ocasionado deserciones sin duda gravosas) y ha terminado por presentar una temporada con sólo cuatro citas, que se concentrarán en la Sala Joaquín Turina. Eso sí, el adelanto de los conciertos de la mañana de los domingos a la tarde de los sábados parece ser un acierto por la muy estimable afluencia de público y su entusiasmo.

En la apertura, lució la joven violinista Emilia Ferriz Lozano (Granada, 1988) que hizo una lectura incisiva y muy contrastada del extraordinario Concierto en re mayor de Brahms, sin duda un reto que afrontó con sonido robusto y dramático y solvente virtuosismo. El acompañamiento con apenas una treintena de músicos (cuerdas: 6/4/4/3/1) puso la versión de la obra en el ámbito camerístico, con unas maderas de notable presencia.

Problemático arranque de la Italiana de Mendelssohn, con empaste precario, algún desequilibrio entre familias y cierta falta de finura. La interpretación se asentó en cualquier caso en el Scherzo y resultó vibrante en el Saltarello final, que se bisó.

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