Terror en la interfaz

CRÍTICA 'ELIMINADO'

Una imagen de la interesante película dirigida por Levan Grabriadze.
Una imagen de la interesante película dirigida por Levan Grabriadze.
Manuel J. Lombardo

04 de agosto 2015 - 05:00

ELIMINADO. Terror, EEUU, 2014, 82 min. Dirección: Levan Grabriadze. Guión: Nelson Greaves. Fotografía: Adam Sidman. Intérpretes: Cal Barnes, Matthew Bohrer, Courtney Halverson, Shelley Hennig, Renee Olstead, Will Peltz, Mickey River.

Eliminado cierra hasta la fecha un arco en la regeneración del cine de terror adolescente que se abría con la paradigmática El proyecto de la bruja de Blair. A saber, una transformación, necesariamente veloz en el género exploit, que pasaba por la exhibición formal del dispositivo y su explotación narrativa como principales reclamos para el reciclaje de unos mismos tipos y argumentos.

Si aquella cinta de Myrick y Sánchez ponía en juego los mecanismos discursivos del falso documental y las calidades amateurs para sacar rédito terrorífico al clásico grupo de jóvenes acosado por fantasmas, la saga de Paranormal Activity, segundo gran hito en este arco, exploraba el potencial de las pequeñas cámaras de videovigilancia, webcams y similares, también sus respectivas texturas, formatos y puntos de vista, para introducir literalmente el horror en la experiencia de lo cotidiano con un plus de realismo, equiparando de nuevo los modos de la imagen casera a la sugestión de lo siniestro.

Si Open Windows, de Nacho Vigalondo, ya adelantaba el camino aunque su rigor conceptual dejara mucho que desear, Eliminado sí que parece, con todos sus defectos y limitaciones (básicamente argumentales), la película destinada a asentar un nuevo modo de narrar el terror desde su concepción absolutamente fiel al funcionamiento de los dispositivos interactivos de la web 2.0 (videoconferencias, chats, redes sociales, plataformas de vídeo, descarga y streaming, pantallas múltiples...), para convocar espíritus vengativos y expiar culpas adolescentes online y en riguroso tiempo real.

Ya digo que la película no aguanta el tipo de su alta apuesta conceptual, precisamente porque confía su desarrollo y su resolución a los clichés de siempre actualizados bajo la premisa del ciber-acoso, pero sería un gran error no considerar este filme como una auténtica y por momentos lograda aventura experimental en el marco de un género y una demanda que suele contentarse con bastante poco.

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