'Marsias' contra la música sacralizada
Proyecto Ocnos acaba de completar la grabación de su primer disco, que publicará con su propio sello y en el que rastrea las huellas del folclore en compositores del siglo XX.
"Nosotros lo que siempre nos hemos propuesto con el grupo es acercar al público la creación contemporánea, establecer un hilo que una la música que se está haciendo en el siglo XXI y el repertorio del XX, sin presuponer ningún tipo de formación específica en el oyente ni tampoco, por supuesto, prejuicio alguno. Ese ha sido siempre nuestro espíritu, divulgar, y hacerlo con cariño, con imaginación", explica el guitarrista jiennense Pedro Rojas, que junto con el clarinetista jerezano Gustavo A. Domínguez fundó Proyecto Ocnos, un joven ensemble de formato variable afincado en Sevilla que recibió a comienzos de año el respaldo de la Fundación Valentín de Madariaga, donde el grupo programa un ciclo dentro del cual ofrecerán todavía dentro de esta temporada un par de conciertos, uno el 7 de mayo, en el que ofrecerán un diálogo entre música española y japonesa, y el otro en junio, con fecha y programa aún pendientes de confirmar.
Con la soprano sevillana Rocío de Frutos como aliada fundamental, la formación acaba de grabar en el Santuario de Loreto (Espartinas) el que será su primer álbum, que de momento no tiene fecha de publicación cerrada debido a ciertos trámites aún en marcha para la creación del propio sello del grupo a través del cual verá la luz, aunque como muy tarde, dice Rojas, lo hará después del verano. Y al igual que para nombrar el proyecto (Ocnos como símbolo de lo efímero, del mismo modo que lo es la música, una nota que se confunde con el silencio o el ruido nada más sonar) la mitología jugará un papel importante para entender el concepto que explica el repertorio seleccionado para su debut discográfico, que llevará el título de Marsias.
De acuerdo con la leyenda, Marsias fue un sátiro que cogió la flauta que había arrojado lejos Atenea después de inventarla, pues pensaba, la diosa, que aquel objeto le deformaba los labios. Sí le gustó a Marsias, tanto, que incluso se atrevió desafiar a Apolo a una competición musical. Perdió, y como cabía esperar, el castigo que pagó aquel simple pastor por la osadía de retar a un dios fue atroz, aunque esquinadamente hermoso. "Bueno, digamos que en este caso el pastor sería el folcore, y el dios haría las veces de la tradición del canon occidental y cierta manera de hacer y entender la música, justo de lo que en cierto modo queríamos escapar con este proyecto", dice Rojas sobre este disco, con el que por descontado no esperan perder, y en todo caso la batalla es otra: el recelo que parece seguir suscitando en el público -o en gran parte del mismo- la música contemporánea. "La culpa seguro que no la tiene el publico. El problema es que las instituciones y los programadores no se arriesgan, y si la gente no tiene oportunidad de oírla, qué queremos...".
Proyecto Ocnos nació precisamente con el objetivo de "conectar" con el público entre ceja y ceja. Y en ese propósito se han encontrado ahora, los tres, todos "músicos clasicos, con formación de conservatorio", con un aliado inesperado: el folclore, cuyas huellas en el repertorio académico o culto del XX, a veces no necesariamente evidente, han querido rastrear. "Con este repertorio", dice el guitarrista del ensemble, "no vamos a tener que hacer ningún esfuerzo, porque es cierto que las Secuencias de Berio pueden resultar muy duras para el público, pero con las piezas que hemos grabado hemos tenido en todo momento la sensación de que es muy fácil que llegue a los espectadores, de que literalmente las puede escuchar cualquiera, sin ningún tipo de dificultad. De hecho, lo que nos encantaría sería poder llevarlo a todo tipo de festivales, no sólo los específicos de música contemporánea, en los que por otro lado estamos muy cómodos. Pero sería fantástico poder tocarlo en cualquier tipo de festival, incluso en los más conservadores".
Varias canciones de Luciano Berio y Benjamin Britten; una transcripción de Mahler; una pieza del austriaco Frank Martin que se apoya en textos en alemán antiguo del siglo XIII; otra de Paul Dessau con "toque cabaretero"; y sendas composiciones del español Roberto Gerhard y John Cage, autores todos ellos que en algún momento de su carrera "se refugiaron en el folcore como respuesta a la vanguardia o, en el caso de los que fueron grandes innovadores, para enriquecer su lenguaje", son la argamasa con la que el grupo tratará de construir un puente que conecte la recentísima creación del XXI con la música del siglo XX, un vínculo, ha decidido Proyecto Ocnos, transitable para cualquier persona con los oídos abiertos a la curiosidad y sobre todo limpios de ideas preconcebidas.
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